EXTRA!
Afincado en el Parque de Atracciones de Madrid desde el año 1989, El Viejo Caserón fue, hasta el pasado 31 de julio de 2014, el símbolo
indiscutible de la capital en materia de terror. Todo aficionado al género
conoce los entresijos que se escondían en sus oscuros pasillos, cuyos metros sumaban la diabólica cifra de 666.
Los personajes que habitaban el caserón perseguían un solo objetivo: atemorizar a todos aquellos que lo visitaran, algo que conseguían con creces ¿El secreto? Dado que el terror es un género en constante evolución, la adaptación continua. Cada temporada se inauguraban nuevas escenografías con las que sorprender a los visitantes más fieles.
El responsable de la atracción, Abel Perales, señalaba en el verano de 2013 que desde sus inicios se fueron añadiendo diferentes escenografías y personajes ya que, con el paso de los años, el público cambia y, a su vez, aumentan las expectativas. Para que el espectáculo nunca quedase obsoleto, el equipo creativo buscaba inspiración en los últimos estrenos cinematográficos y series norteamericanas, donde la festividad de Halloween permanece fuertemente arraigada.
Mientras que el personaje
basado en la niña de 'El exorcista' se convirtió en un símbolo indiscutible del caserón, otros fueron irrumpiendo con fuerza
en escena, como es el caso de la niña del pozo, inspirada en la película 'The Ring', uno de los favoritos del
público en los últimos años de la atracción.
En grupos de 8 a 10 personas, cada pase era un espectáculo en sí mismo. Los que iban los
primeros avanzaban a empujones en medio de una oscuridad casi total y los que se quedaban los últimos se descubrían acompañados cuando menos lo veían venir. Aunque ir a la
mitad del grupo pudiera parecer un privilegio, la ración de pánico para ellos también
estaba estudiada.
Cada persona vivió el mítico pasaje de forma única. El público más numeroso eran jóvenes que lo disfrutaban en grupo,
aunque también fue toda una experiencia para aquellos adultos que crecieron acudiendo cada año a la atracción, viviendo en primera persona su
evolución. Aunque hacer una visita al pasaje tenía un coste extra de 4,5 euros, el
recorrido suponía para muchos el mejor momento del día.
Muchas son las
historias y leyendas que todavía se cuentan sobre una atracción mítica que dio paso a los zombis de The Walking Dead Experience. En los 25 años
de vida de El Viejo Caserón fueron miles las anécdotas que se vivieron entre sus
paredes: desde señoras que golpeaban a 'los monstruos' con el bolso a pequeños
grupos que se perdían por los pasillos y acababan en los camerinos, pasando por
caídas fruto de los nervios, visitantes que salen con un solo zapato… y hasta
quien perdió la dentadura durante el recorrido y no se atrevió a reclamarla. Cada sesión era una nueva
aventura.
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