viernes, 14 de febrero de 2014

El desalentador bluegrass de 'Alabama Monroe'

EXTRA!

Son las historias que se acercan a la realidad las que pueden llegar a emocionarnos de verdad, y 'Alabama Monroe' es un claro ejemplo de ello. Candidata a la mejor película de habla no inglesa en los próximos Oscar, el director belga Felix Van Groeningen presenta una historia sencilla y delicada que llega el día de San Valentín a las salas españolas.

Didier (Johan Heldenbergh), un cantante de bluegrass, y Elise (Veerle Baetens), una joven tatuadora, se conocen y se enamoran apasionadamente desde el primer momento. Sin esperarlo, se convierten en padres de una preciosa niña, Maybelle (Nell Cattrysse), algo que trastoca todos sus planes. No obstante, el cáncer se manifiesta muy tempranamente en la pequeña, lo que provocará que ambos se vean envueltos en una situación que les llevará al límite. Quizá parezca una historia aparentemente sencilla, pero el encanto de este trabajo reside, precisamente, en la sinceridad de los sentimientos y acciones de cada uno de los personajes.

Heldenbergh y Baetens despliegan una química en pantalla prácticamente natural, desde su pasional encuentro hasta las frecuentes discusiones. Sus miradas y gestos expresan más que sus propias palabras, un aspecto bastante difícil de encontrar hoy en día en el mundo de la interpretación. Quieren, desean, pero a la vez no pueden dejarse llevar al verse sumidos en la tristeza. En ciertos momentos, la trama parece real gracias a ellos, a sus cambios de humor constantes y a las reacciones ante esas situaciones que les superan, pero que son más que lógicas y compresibles.

La interpretación de Heldenbergh mejora al final de la trama, cuando la realidad empieza a superarle y se ve incapaz de controlar lo que en su día creía asegurado. Su felicidad se torna en una frustración verdaderamente impactante que roza la locura más absoluta. Sus discursos sobre la religión, la política y, sobre todo, el cáncer y la posibilidad de buscar una curación a través del uso de células madre, le llevan a perder el control de su vida y de sí mismo, desembocando en un final inimaginable. Poco a poco, deja de creer en todo lo que le rodea, mientras que, por el contrario, Baetens lleva a su personaje a agrietarse de la forma más profunda. Una dolida madre que prefiere refugiarse en sus propias convicciones y que empieza a reconocer el fuerte abismo que la separa de su marido. Frente al caos y delirio de Didier, Elise prefiere adoptar una posición más insana, convirtiendo sus problemas en un falso comienzo.

Aun siendo una narración simple, su montaje es totalmente arrítmico, con continuos flashbacks y flashforwards que enlazan el pasado, presente y futuro de la historia de pareja, ensalzando siempre el punto de vista más emotivo y profundo de la trama. No son importantes los hechos, sino la evolución de los sentimientos de ambos, lo que facilita seguir el hilo de la trama entre tanto caos.

Destaca el tratamiento de un tema tan delicado como el cáncer, ya que en ningún momento cae en la sensiblería gratuita o el morbo que frecuentemente vemos en este tipo de historias. No obstante, los discursos sobre cuestiones políticas y religiosas reivindican la falta de consideración que a veces se tiene con este tipo de enfermedades.

Junto al increíble trabajo fotográfico de Ruben Impens, que, incluso en ocasiones, roza la vertiente cinematográfica más experimental, encontramos una fantástica banda sonora compuesta por temas de bluegrass escritos por el compositor Bjorn Eriksson y cantados por los propios actores.

'Alabama Monroe' es una historia con alma propia que envuelve al espectador en una intensa emotividad de principio a fin, revelando una sincera y abrumadora realidad sobre las relaciones humanas y la vida misma. Sin duda, Van Groeningen merece más que una simple nominación.


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