
Si el paraíso no es de
luz, ¿de qué será? Algo así parece preguntarse Antony and The Johnsons en 'Swanlights',
un espectáculo encargado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) que
está deslumbrando al público español en el Teatro Real de Madrid, donde arte y
música se dan la mano en una propuesta que llegaba a la capital el pasado
viernes 18 de julio con las entradas prácticamente agotadas.
Cuatro noches
consecutivas que concluyen este lunes 21 en el majestuoso escenario en el que Antony Hegarty ya impresionara con su imponente voz en abril de 2012, cuando
protagonizaba 'Vida y muerte de Marina Abramovic', junto a la famosa performer
y al actor Willem Dafoe. Con una propuesta que fusiona arte y música, el
artista inglés sale a las tablas tras una coreografía surrealista de
la creadora Johanna Constantine en la que bate unas puntiagudas alas mientras
se oyen cantos de pájaros.
A oscuras comenzaba a
sonar 'The Rapture', tema de su disco debut, con un público hipnotizado desde
el principio ante una de las voces más inmensas del pop contemporáneo. Ya en 'Christina’s
Farm', la silueta de Antony iba destacándose en una túnica blanca que
contrastaba con un telón sobre el que se proyectaban multitud de luces que
parecían manchas de colores mecidas por la marea.
Una soberbia
escenografía diseñada por Carl Robertshaw simula una montaña de cristales y
luces que van pasando de los tonos verdes a los rosáceos en función de la
canción, mientras que el artista Chris Levine y el diseñador Paul Normandale se
ocupan del acompañamiento lumínico a base del uso constante del láser. Una
propuesta hipertecnológica que dota de gran elegancia el repaso por los cuatro
discos del cantante.

El setlist dejó
ausencias como la de su tema más conocido en España, 'Hope there’s someone',
sorpresas como una versión sinfónica y desgarrada del 'Crazy in love' de
Beyoncé y aciertos tan ovacionados como 'Cut the world'. Maravillosa
interpretación de 'I fell in love with a dead boy', con un silencio tan
emocionante como intenso en su preludio.
El trabajo de la
Orquesta Titular del Teatro Real, bajo la batuta de Rob Moose, fue intachable, con
unos arreglos orquestales deliciosos que hacen aún más placenteras
composiciones, ya de por sí impecables, como 'Dust and water' o 'Cripple and the
Starfish', un tema lleno de reflexiones que dejan entrever el mapa emocional del
artista.
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