
Un tren casi vacío. Silencios incómodos y miradas de soslayo. Incertidumbre y desazón ante un futuro que no hace más que tambalearse por su propio peso. '¿Y por qué ir hacia el infierno?', pregunta un vagabundo al conocer que Machine es el destino del protagonista. Recibe como respuesta un silencio sepulcral, manchado de excusas y dobleces que no hacen más que confirmar su falta de picardía.
'Dead Man' es un viaje a través del tiempo, las casualidades y el espacio. Dirigida y escrita por Jim Jarmusch, la historia narra las desgracias y vicisitudes vividas por un joven William Blake que, motivado por conseguir un trabajo, deja su vida atrás para ejercer como contable en un pueblo alejado de cualquier civilización. Es en esta lejanía en la que el protagonista, interpretado por un sereno y nada excéntrico Johnny Depp, comienza a encontrarse ante los conflictos y circunstancias que le apartan de su puesto de trabajo.
Desarrollando entonces una actitud totalmente distante a la que en un primer momento mostró, Blake comienza a hacer uso de las armas como defensa personal hasta terminar convirtiéndolo en su modo de vida. Versando sobre las líneas del poeta y pintor William Blake, el film encuentra su momento álgido cuando aparece Nobody (Gary Farmer), un indígena que le hace conocer los misterios del bosque y le ayuda a huir de unos perseguidores que, envenenados por el egoísmo de la codicia, buscan su cabeza para conseguir un botín con el que se harían ricos.

Encontrando su fundamento en los Proverbios del Infierno escritos por el poeta William Blake, el sabio Nobody acoge y defiende al raquítico contable afirmando que es una reencarnación del escritor. Recitando líneas de sus escritos, busca revitalizar sus sentidos y hacerle recordar que el águila perdió el tiempo al tratar de ser como el cuervo.
Bautizada como un acid western o un western postmoderno, el largometraje desmonta tópicos y traza un discurso que narra cómo el descenso del cielo al infierno puede llevarse a cabo en un simple viaje de tren. Su guión reflexiona sobre cómo todo lo construido puede verse derribado y cómo los seres humanos, en situaciones extremas, pueden llegar a modificar totalmente sus conductas. Rodado en un espléndido blanco y negro ejecutado por Robby Müller, el film evoca la magia de las cintas de antaño. Los acordes de Neil Young acompasan los planos a golpe de improvisación, creando así una atmósfera digna de cualquier western de los 50.
El tercer Filmin Music Fest rescata esta película de 1995 y la incluye en su menú degustación, ofreciendo de nuevo una pieza casi olvidada del cine contemporáneo. Provista de unas actuaciones magníficas, una música sublime y unos planos característicos de cualquier película clásica, 'Dead Man' reúne todos los ingredientes esenciales para atraer, enganchar y satisfacer.
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