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jueves, 14 de agosto de 2014

Tres décadas de directos en la Sala Clamores

Filmin Music Fest


Nació el 25 de julio de 1981 entre los barrios de Chamberí y Malasaña. La que fuera segunda casa del gran músico Antonio Vega, la Sala Clamores, celebra sus tres décadas de vida con 'Clamores jazz: 30 años de música', un documental dirigido en 2013 por David Pérez Fabián en el que artistas como el famoso violinista Ara Malikian, la cantautora Rebeca Jiménez o el excelente saxofonista Lou Donaldson recuerdan sus actuaciones en un espacio legendario en el que el jazz, el blues y la mejor bossa han protagonizado noches para el recuerdo entre copas, palmas y emoción.

Abre la producción el fundador de la sala, Germán Pérez, recordando que toda modernidad es un arrebato de caducidad y aludiendo a los momentos únicos que ha ofrecido un local castizo, noctámbulo y canalla que no hace oídos sordos a los nuevos talentos, con actuaciones diarias y un criterio de programación excelente, como señala el líder de La Cabra Mecánica, Lichis.

El diseño está de más, los tercios y las bebidas finas corren por las mesas y la madera sabe cómo moverse con el flamenco de Capullo de Jerez, las composiciones de Carlos Chaouen y el arte de Miguel Campillo. Durante la hora y media que dura el audiovisual se mezclan los testimonios, las anécdotas y las interpretaciones en el escenario, entre las que destaca la 'Carne cruda' con la que Ara Malikian y Fernando Egozcue cierran el documental.


Momentos únicos como la emoción desbordada de un inglés con el cante de Capullo de Jerez y la rotura de una cuerda del violín de Ara Malikian, tras lo que el músico pidió de broma al público otro instrumento con la consecuente sorpresa del ofrecimiento de un violín de un asistente componen algunas de las gracias de un homenaje a este centro subterráneo de la buena música.

Los años vividos sólo sirven para confirmar que la que ha sido morada de cientos de artistas nacionales e internacionales sigue acogiendo a aquellos que no mueven masas pero sí fieles seguidores con los que comparten una íntima conexión en una sala que no pierde su identidad cuando se oculta el sol. Las felicitaciones de cantantes como Paco Cifuentes cierran un bonito regalo para la historia de un rincón en el que quedan muchas noches que celebrar.

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