
Como se suele decir, no es oro todo lo que reluce. Ese es el tema en el que se basa 'Antes del frío invierno', un thriller con carga dramática del director y guionista Philippe Claudel que se estrena en salas españolas el 12 de septiembre. El francés ahonda de nuevo en el drama personal y las dificultades que conlleva en la vida la toma de decisiones, algo que puede llegar a dar un vuelco a una existencia que parecía perfecta.
Paul
(Daniel Auteuil) es un neurocirujano de 60 años que está casado con Lucie
(Kristin Scott Thomas), con quien lleva una vida llena de lujos y tranquilidad.
Todo lleva a pensar que se sienten satisfechos con el papel que desempeña cada uno en la relación, pero un día empiezan a llegar ramos de rosas rojas de forma anónima
al domicilio, al hospital y a la consulta del médico.
Mientras tanto, la joven Lou (Leïla Bekhti) no deja de cruzarse en la vida del protagonista mientras que el espectador se pregunta continuamente si se trata de una simple casualidad. Aunque la vida apacible del matrimonio no parecía haber caído en el aburrimiento, la aparición de Lou hará que Paul se replantee su vida sin conocer que las consecuencias de sus actos pueden llegar a ser devastadoras.
Mientras tanto, la joven Lou (Leïla Bekhti) no deja de cruzarse en la vida del protagonista mientras que el espectador se pregunta continuamente si se trata de una simple casualidad. Aunque la vida apacible del matrimonio no parecía haber caído en el aburrimiento, la aparición de Lou hará que Paul se replantee su vida sin conocer que las consecuencias de sus actos pueden llegar a ser devastadoras.

Auteuil
('Un corazón de invierno') destaca por la evolución de su personaje a lo largo de la trama, donde interpreta a un médico entregado
y a un marido enamorado que es, a su vez, un hombre confuso por las decisiones que
ha tomado en su vida. Su compañera de reparto, Kristin Scott Thomas ('La llave de Sarah'), transmite a la perfección todos sus sentimientos
sin necesidad de hablar. Sus primeros planos, lleno de silencios y preguntas sin respuesta, sobrecogen al espectador atrapándole con su historia.
La actriz que más destaca, aún sin ser protagonista, es Leïla
Bekhti ('Un profeta') con el que sin duda es el
papel más complicado de la producción. El gran trabajo a la hora de
elaborar el personaje se ve reflejado ante la cámara a través de una
chica llena de desequilibrios, con una vida convulsa y un pasado difícil, todo ello envuelto en una esfera de misterio que no deja indiferente.
La
música de André Dziezuk acompaña a la trama y provoca tensión en el espectador. Si tenemos que poner alguna pega, al igual que Claudel está
acertadísimo como director, el guión no es una obra maestra y el ritmo llega a resultar excesivamente lento, aunque el espectador sigue pensando en lo que ha visto una vez termina el visionado. Se trata, en definitiva, de un interesante drama francés con interpretaciones satisfactorias que reflexiona sobre vidas excesivamente cuadriculadas y sentimientos que llegan cuando nadie los espera.
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