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viernes, 3 de octubre de 2014

Cuando la vida se detiene

EXTRA!

Dicen que los malos momentos por los que todos pasamos no se superan, sino que simplemente se aprende a vivir con ellos. Hay quienes se estancan y son incapaces de salir a flote, mientras que otros intentan aprender de cada error o enderezan su camino de la mejor forma posible. Algunos ocultan su dolor para sobrellevar los problemas y los hay que prefieren mostrar al mundo sus heridas abiertas. Lo cierto es que cada cual hace lo que puede para sobrevivir en su propia realidad, pero nadie se libra de los males que nos acechan en cada momento.

La esencia de estas ideas se refleja en el primer trabajo del cineasta norteamericano Ned Benson, 'La desaparición de Eleanor Rigby', que irrumpe en la cartelera española el viernes 3 de octubre. Un trabajo que originalmente era un díptico y que refleja el punto de vista de Eleanor (Jessica Chastain) y Conor (James McAvoy), una pareja que decide separarse al no poder superar una fuerte crisis en su matrimonio. Locamente enamorados, deciden emprender caminos diferentes al no ser capaces de dejar atrás un pasado que cada vez que se hace más presente.

Pese a conseguir financiación para ambas películas, las cuales consiguieron ver la luz únicamente en el Festival de Toronto de 2013, fue inevitable un grave recorte a manos del productor estadounidense Harvey Weinstein, que prefirió unificarlas para su distribución. Las consecuencias de esta decisión se hacen patentes en una versión que se muestra, en ocasiones, fría y confusa a nivel narrativo. No obstante, sus diálogos cargados de un dolor palpable y su sutileza al tocar un drama realmente delicado contribuyen a tener una buena imagen del trabajo del director.

Una espectacular Chastain aparece desgarradora con un personaje sin rumbo, evolucionando de una joven pasional y alocada a una mujer debilitada por las circunstancias que, sin embargo, ilumina cada escena. Su compañero de reparto, McAvoy, realiza un trabajo sublime y apartado de la imagen a la que nos tiene acostumbrados. Dos visiones distintas que comparten una misma soledad y el lastre de un matrimonio por el que ninguno siente fuerzas para luchar.


El apoyo de los secundarios resulta vital, ya que en todo momento intentan guiar y apoyar a los protagonistas. Isabelle Huppert irradia magnetismo en su papel de Mary, la madre de Eleanor, una mujer que mantiene atrapada a la joven parisina que dejó todo por el amor de su marido Julian, encarnado por William Hurt, que trata a su hija como padre, pero también como psicólogo. Viola Davis como profesora de la protagonista y Bill Hader como amigo de Conor completan un reparto esencial para captar el sentido completo de una cinta disgregada.

La melancolía y la angustia no sólo invade a los personajes, sino que también impregna a una banda sonora compuesta por el músico Ryan Lott, más conocido como Son Lux, y a una espléndida fotografía del director californiano Christopher Blauvelt. El rojo, a veces brillante y otras insinuante, enmascara un pasado que se inmiscuye en la grisácea y apagada imagen del presente.

'La desaparición de Eleanor Rigby' es de esas películas que se recomiendan una vez que la has visto, independientemente de que sea o no perfecta. Un drama romántico que no cae en sentimentalismos y que presenta una historia difícil de tratar con delicadeza, pero dolorosamente real.


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