viernes, 30 de enero de 2015

El campo es la solución

EXTRA!

Con la juventud llegan también los ideales, las metas que nos proponemos o, como popularmente conocemos, lo que queremos ser de mayores. Pero un buen día te despiertas con 30 años y resulta que todo aquello que planeaste no se ha cumplido. Has puesto empeño en llegar a esos sueños, pero no ha sido suficiente porque las circunstancias no han sido favorables y entonces piensas en un plan b, en cómo modificar tus pensamientos para salir adelante dejando la desilusión a un lado.

Los protagonistas de 'Las ovejas no pierden el tren', Luisa (Inma Cuesta) y Alberto (Raúl Arévalo) sufren este tipo de crisis, por lo que deciden trasladarse al campo para que, con un poco de suerte, cambie su situación. La última producción del director Álvaro Fernández Armero llega a la cartelera española el viernes 30 de enero para relatar una serie de historias cruzadas. Luisa intenta quedarse embarazada por segunda vez para solucionar su crisis matrimonial, pero Alberto está centrado en la escritura de su nueva novela, aunque apenas logre pasar de la primera página. Junto a ellos, Juan (Alberto San Juan), el hermano de Alberto, es un periodista de 45 años que acaba saliendo con la joven Natalia (Irene Escolar) mientras que Sara (Candela Peña), la hermana de Luisa, es una mujer egocéntrica y desesperada por casarse.

Lo cierto es que la cinta no habría tenido el menor interés de no ser por el estupendo elenco de actores que logran una gran comodidad de principio a fin. Peña sobresale al llevar la mayor parte del peso cómico de la narración con un personaje que llega a emocionar en los momentos más dramáticos a la par que incomoda gracias a su disparatada mente. A su vez, Arévalo, acostumbrado a este tipo de roles, despunta en cada discusión que tiene con su esposa, aunque Cuesta no resulta tan creíble como debería.


Con respecto a San Juan, su personaje lleva la voz cantante de una subtrama poco desarrollada, siendo una lástima ver desaprovechado un papel que deja en la sombra todo su trabajo. Acompañado de Escolar protagonizan momentos muy naturales y con algún toque simpático, pero que no logran captar la atención del espectador. Por otro lado, Jorge Bosch, que interpreta a Paco, un amigo de la familia que se verá enredado por Sara y sus obsesiones, complementa cada situación de enredo, mientras que Kiti Mánver, como la madre de Luisa, rebosa elegancia y perfección.

Agradable, sencillo y sin grandes aspiraciones. Así es el guión de una narración que busca el desarrollo emocional de los personajes en vez de una trama que quede en la memoria del espectador. Cargada de optimismo, la cinta invita a pasar un buen rato sin reflexiones, riesgos, ni pretensiones, tan sólo con un entretenimiento ligeramente edulcorado.

Con el gélido escenario que presenta Valdeprados (Segovia)David Azcano se encarga de entregar una fotografía bien trabajada que acaba pasando desapercibida por culpa de algunos fallos en un montaje poco fluido y en la dirección. La banda sonora corre la misma suerte en manos del compositor pamplonés Mikel Salas.

'Las ovejas no pierden el tren' destaca por el fantástico equipo de actores, pero su historia es fácil de olvidar. Hoy en día sólo recordamos aquellas películas que arriesgan, no las que se limitan a ser correctas. Un pecado que, si bien es cierto, comete la mayoría.


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