viernes, 27 de febrero de 2015

Una comedia agridulce sobre la inmigración

EXTRA!

Hoy en día es fácil encender la televisión y encontrar miles de noticias de personas que saltan las fronteras en busca de una nueva vida. Muchos de ellos consiguen quedarse en el país mientras que otros acaban siendo deportados. Los directores del éxito 'Intocable', los franceses Olivier Nakache y Eric Toledano, vuelven a trabajar con Omar Sy en 'Samba', la película sobre un inmigrante senegalés que clausuró la 62 edición del Festival de Cine de San Sebastián y que este viernes 27 de febrero se estrena en la cartelera española.

La cinta comienza con uno de los planos mas significativos de la misma, recorriendo cada rincón de una gran fiesta. En la cocina se encuentra Samba (Omar Sy), un inmigrante sin papeles procedente de Senegal que, tras 10 años viviendo en París con miedo a ser descubierto por la policía, vive escondido con la ayuda de su tío mientras realiza pequeños trabajos. En un momento crucial de su vida conoce a Alice (Charlotte Gainsbourg), una voluntaria de los servicios sociales que intentará olvidar su pasado ayudando a Samba a conseguir el permiso de trabajo mientras sus lazos se estrechan.

Entre el drama y la comedia destaca un guión poco definido que a pesar de arrancar alguna que otra sonrisa no logra emocionar como prometía. Pese a que parte de una interesante premisa, el humor obstaculiza el drama restándole credibilidad y haciendo la historia algo previsible. A pesar de que le sobra metraje, el desenlace deja un sabor agridulce que satisfará al espectador.


Uno de los grandes aciertos son las actuaciones de los protagonistas. Sy entrega una interpretación impecable, delicada y tierna que hace que Samba vaya adquiriendo mayor personalidad y ambigüedad según avanza la película. Gainsbourg consigue captar la atención del espectador desde el principio, logrando que el público simpatice con Alice, un personaje despistado que despierta la curiosidad de quien se cruza en su camino. 

Ambos intérpretes logran desempeñar sus papeles de forma soberbia a pesar de que juntos no sean capaces de demostrar ninguna química, algo que resiente la trama. Cabe destacar el papel secundario de Tahar Rahim en la piel de Walid dit Wilson, personaje que aporta aire fresco a la trama.

Los directores han querido plasmar a lo largo de 115 minutos de largometraje cómo es la vida de aquellos a los que sólo les queda luchar por su libertad. Un viaje por los miedos, la superación personal y la supervivencia de aquellos que luchan por salir de su particular laberinto y encontrar la felicidad.


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