viernes, 20 de febrero de 2015

Una enfermedad moral llamada patriotismo

EXTRA!

Como ya es costumbre, la industria hollywoodiense no puede evitar sacar al mercado películas que ensalzan los valores patrióticos y que convierten en héroes a personas de dudosa reputación. Es cuestión de perspectivas, pero lo que sí es cierto es que el género bélico no suele pasar desapercibido para la crítica. En los últimos meses hemos visto cómo este tipo de historias están siendo rescatadas por la meca del cine, algo que se repite con la última aportación del aclamado director Clint Eastwood, 'El francotirador', que llega a la cartelera española el viernes 20 de febrero.

Fuera de las fronteras estadounidenses pocos conocen la historia del tejano Chris Kyle (Bradley Cooper), un francotirador que sirvió al ejército durante la guerra de Irak, convirtiéndose en toda una leyenda por haber asesinado a unas 255 personas con el fin de defender a sus compatriotas de la amenaza terrorista. Basada en la biografía oficial realizada por Scott McEwen y Jim DeFelice, la producción cuenta las andanzas del militar de los Navy Seals profundizando en los momentos más intensos de su vida en el país islámico junto a pequeñas pinceladas sobre su familia.

Cooper, que tenía en sus manos la oportunidad de destacar gracias a Eastwood, no emociona en ningún momento pese a que se aprecia un gran esfuerzo por su parte, trabajo que ha sido premiado con su nominación al Oscar como mejor actor. Por desgracia, la linealidad del texto limita su interpretación, entregando un personaje con escasos registros. Peor destino corren sus compañeros de reparto, cuyas historias se oscurecen al no profundizar en ellas, siendo relegados a un mero complemento del protagonista. El intento fallido del director por humanizar a Kyle convierte el trabajo en la típica película de buenos demasiado nobles y malos transformados en seres infames.


La moraleja que transmite el guión ya la conocemos: las guerras matan personas y quienes las sufren acaban psicológicamente dañados de por vida. No obstante, la idea de enaltecer el asesinato en defensa de quienes viven amenazados, es decir, la violencia para frenar más violencia, queda manifiesta de forma inevitable a lo largo de toda la narración. Nutrida de clichés y diálogos simples, arranca con fuerza gracias a un montaje fresco que augura esperanzas pero acaba desinflándose.

La labor realizada por el director de fotografía Tom Stern, al que ya conocemos por formar parte del equipo habitual del autor y de otros éxitos comerciales como 'Los juegos del hambre', es notable. La banda sonora encargada al mítico compositor Ennio Morricone prometía convertir cada escena en una contienda épica. Quizá tantas expectativas no favorecen el resultado, pero lo cierto es que los temas no obtienen la fuerza necesaria y pasan desapercibidos, a excepción de escasos momentos que logran sobrellevar la tensión de la trama y la aportación de Eastwood como broche final.

Es obvio que 'El francotirador' no es el mejor largometraje del cineasta, que parece haberse inclinado por el taquillazo fácil en vez de por las grandes historias con las que ha logrado que su carrera sea indispensable para cualquier cinéfilo. Esta vez no ha querido arriesgar y nos entrega una cinta simple que no consigue los objetivos esperados pero sí una recaudación elevada y seis candidaturas a los Oscars, entre las que se incluye mejor película.


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