jueves, 5 de marzo de 2015

Shakespeare lo peta en Gandía

EXTRA!

¿En qué momento dejamos que le inoculasen a la juventud la idea de que no hay más salida que la del reconocimiento y el dinero fácil a costa de su dignidad? Si mezclamos esta reflexión con uno de los textos más populares de William Shakespeare, 'Romeo y Julieta', y añadimos el texto de uno de los dramaturgos españoles más importantes de la escena actual, Jordi Casanovas, el resultado es 'Hey boy Hey girl', el explosivo montaje que La Joven Compañía ha presentado hasta el pasado 28 de febrero en el que ya han convertido en su escenario habitual, el Teatro Conde Duque.

No sería justo ignorar la importante labor social y cultural que la compañía dirigida por José Luis Arellano ejerce en el panorama teatral contemporáneo, convirtiéndose en una plataforma laboral para jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 25 años que centran buena parte de sus representaciones en realizar funciones para estudiantes de secundaria y bachillerato de toda la Comunidad de Madrid. Son, sin duda, la esperanza de que miles de adolescentes se acerquen a las tablas y caigan rendidos al placer del arte escénico.

El último montaje de La Joven Compañía presenta a un grupo de jóvenes que participan en un reality que bien podría ser 'Gandía Shore' en el que los míticos Capuletos y Montescos pasan a convertirse en los KPL y los Manteca, dos casas que compiten por hacerse con la victoria. Sorprende, en primer lugar, la valentía de Casanovas y Arellano para tomar un texto clásico y presentarlo desde una perspectiva novedosa que no se desprende de los temas que trata la obra de Shakespeare. Aunque puede que los más puristas se lleven las manos a la cabeza, el riesgo merece la pena: la versión está llena de crítica y frescura, además de un dinamismo al que mucho ha contribuido la coreografía de Andoni Larrabeiti, la escenografía de Silvia de Marta y la videoescena de Álvaro Luna. El trabajo técnico es incuestionable.

Para el público que acuda por primera vez a una función de la compañía, la cara del prestigioso actor Javier Gutiérrez será la única que le suene en una acción vibrante cuyo reparto conquista al espectador. Gutiérrez lleva a cabo la labor del alter ego de Jorge Javier Vázquez, como un presentador hermético para el que el fin justifica (todos) los medios. Su presencia se lleva a cabo a través de una pantalla que proyecta lo que graba el cámara que sigue a los jóvenes, así como varios vídeos sin desperdicio que llegan a acompañar los momentos de danza con los que cuenta la función.


El reparto brilla en su conjunto y deja claro que sus nombres formarán parte de futuras producciones, tanto dentro como fuera de La Joven Compañía. Los actores logran que el lenguaje coloquial - que resultará familiar a los más jóvenes - no parezca artificial debido a la naturalidad de unas actuaciones trepidantes que se adaptan a los enfrentamientos de unos y los sentimientos de otros gracias a un texto redondo.

Alejandro Villazán se mete en la piel de un Romeo del siglo XXI que seduce a una Julieta interpretada por Sara Sierra, ambos con gran verosimilitud. Destaca la batalla de rap protagonizada por Teval (Jaime Lorente) y Merche (Ana Cañas) en uno de los enfrentamientos más intensos de la función. Enrique Cervantes sobresale en el papel de Floro, el mejor amigo de la enamorada y uno de los personajes a los que más cariño coge el público. Pablo Béjar, Ana Escriu, Jesús Lavi, Quique Moreno, Alberto Novillo, Raúl Pulido y Estíbaliz Racionero completan un elenco que derrocha gran energía en escena, donde además de interpretar tienen tiempo para bailar y modificar la escenografía.

El apasionado romance clásico de final trágico se moderniza y acerca al espectador al ritmo de la música en directo de un DJ y de las emociones de un grupo de actores que hace disfrutar, reír y reflexionar a un público que se siente hipnotizado por la profesionalidad de una compañía con mucho futuro y talento entre sus filas. 


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