
No es la primera vez que la curiosidad humana vaga por los secretos de la inspiración de diferentes artistas. Con el paso del tiempo se ha reafirmado la confluencia entre el realismo de Courbet, el impresionismo de Monet, el postimpresionismo de Van Gogh y la importancia que le daban a los hogares en sus composiciones. 'Cabañas para pensar' está fundamentado en esa idea. Focalizando en la premisa del espacio como medio esencial de creación, la exposición indaga en diferentes genios y en su elección del entorno ambiental y estructural de sus cabañas.
Inspirada sobre las líneas de 'Walden, la vida en los bosques', ensayo del filósofo norteamericano
Henry David Thoreau, la exposición recoge los sitios en los que los grandes
pensadores y escritores de los siglos XIX y XX se refugiaron para trabajar. Promulgando
así la libertad y desahogo que la naturaleza ofrece, manifiesta el anhelo de
los artistas por huir de la sociedad que los esclavizaba y orientarse al estilo
de vida más existencial.
La muestra desvela las inquietudes de los compositores
Gustav Mahler y Edvard Grieg; filósofos como Ludwig Wittgenstein y Martin
Heidegger; el dramaturgo August Strindberg; los escritores Knut Hamsun, George
Bernard Shaw y Virginia Woolf; el poeta Dylan Thomas; el cineasta Derek Jarman y el explorador y escritor Thomas Edward Lawrence.
El proyecto, llevado a cabo por Eduardo Outeiro,
recoge instantáneas de las cabañas en sus localizaciones originales, aportando credibilidad
gracias al mimo y exactitud de las maquetas realizadas y la presencia de la
flora de cada uno de los emplazamientos. Transitando los rincones más
inhóspitos de la Selva Negra, Estocolmo o Italia, el artista gallego descubre
las manías y costumbres de los diferentes pensadores.

Los refugios se encuentran en las zonas más
insospechadas: desde un acantilado hasta un bosque, señalando siempre las
declaraciones sobre que el retiro a esos lugares es lo que sume a los artistas
en el momento de reposo más absoluto. Convirtiéndose así en el instante de
mayor satisfacción personal, se señala la importancia del espacio a la
hora de crear sus grandes obras maestras.
La Sala Juana Mardó del Círculo de Bellas Artes sumerge
a los visitantes en una atmósfera de abstracción. Con un evocador diseño de
sonido remitente a la quietud del medio representado, la exposición, abierta
hasta el próximo 31 de mayo, termina por delinear un recorrido totalmente
adaptado a las necesidades de las piezas que la componen.
Los fragmentos visuales revelan con inquietantes citas
el agotamiento que los creadores sufrían ante la sociedad y la liberación que les suponía el
retiro hogareño y espiritual. 'Cabañas
para pensar' recoge las figuras de los grandes genios que desarrollaron sus
trabajos atrapados en la magia del silencio de sus paredes y el prodigio de la
naturaleza.
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