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El Museo Nacional del Prado vuelve a poner de actualidad la pintura flamenca con una recopilación, hasta ahora nunca vista en España, de las principales obras de una de sus más notables figuras: Rogier van der Weyden. El monográfico del autor, que puede disfrutarse hasta el próximo 28 de junio, tiene como pretexto la costosa y compleja restauración de la obra 'El Calvario', pintada por el artista hacia 1455.

El Museo Nacional del Prado vuelve a poner de actualidad la pintura flamenca con una recopilación, hasta ahora nunca vista en España, de las principales obras de una de sus más notables figuras: Rogier van der Weyden. El monográfico del autor, que puede disfrutarse hasta el próximo 28 de junio, tiene como pretexto la costosa y compleja restauración de la obra 'El Calvario', pintada por el artista hacia 1455.
La muestra de tan sólo 20 obras es ejemplo del mejor arte de la Europa del siglo XV, donde destaca
la pintura al óleo que permite jugar con colores más
brillantes, así como con efectos de transparencia, además de la perspectiva aérea,
que matiza gradualmente el colorido para lograr la sensación de lejanía o
volumen sin recurrir a las líneas. Así, la pinacoteca alberga las obras cumbres del autor junto
a varias piezas de sus discípulos y seguidores, bien sean reproducciones o fieles
interpretaciones de su estilo. Entre las paredes de la exposición se pueden observar obras de autores tales como Juan de Flandes, Robert
Campin, el Maestro de don Álvaro de Luna, el Maestro de la
Leyenda de Santa Catalina o Egas Cueman.
Las pinturas del prestigioso artista flamenco, siempre religiosas, llaman la
atención por la delicadeza y realismo de sus volúmenes, que acentúan el dramatismo y la capacidad
evocadora de sus escenas. Por encima de todas ellas sobresale 'El
Descendimiento de Cristo', perteneciente a la colección permanente de la pinacoteca, concebida como un conjunto escultórico policromado. Sus figuras y
composición emocionan por su naturalidad y la sencilla armonía
escondida en el conjunto.

El 'Tríptico de los
Siete Sacramentos' llega por primera vez a España, cedido por el Koninklijk
Museum de Amberes. En él, la lógica salta por los aires con
diversas escalas para las figuras que enfatizan la figura central de Cristo
rodeada por la Virgen, San Juan y María Magdalena. La cruz se eleva por encima de la
escena hasta casi rozar las bóvedas del edificio.
El 'Tríptico de Miraflores'
regresa a la capital tras cumplirse más de 200 años desde que un general francés se lo
llevara del monasterio de la Cartuja de Miraflores, después de haber pasado por Francia, Inglaterra y Holanda, cedido por la Gemäldegalerie de Berlín.
La
muestra concluye con el cuadro perteneciente al Monasterio del Escorial que ha servido de leitmotiv de toda la exposición, 'El
Calvario', que se
encontraba en un pésimo estado de conservación hasta que José de la Fuente
y Loreto Sanz recuperaron todo su esplendor tras
cuatro años de incansable trabajo. Un audiovisual sobre la
enorme complejidad de este procedimiento cierra una breve exposición repleta de excepcionales obras que
comparten de forma irrepetible las salas del Prado.
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