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martes, 5 de mayo de 2015

Aquellas pequeñas cosas

EXTRA! 

El nombre del pueblo es Grover's Corner, en el estado de New Hampshire, Estados Unidos, junto a la frontera con Massachusetss. A 42 grados 40 minutos de longitud y 70 grados 37 minutos de latitud. El primer acto presenta un día en nuestro pueblo. Es el 7 de mayo de 1901, poco antes de que amanezca. Así arranca 'Our Town', la función más representada en Estados Unidos que el dramaturgo Gabriel Olivares adapta a partir del texto original de Thornton Wilder. Un clásico del siglo XX que obtuvo gran éxito desde su estreno en 1938, tras lo que recibió el Pulitzer y fue adaptado al cine.

Tres años han pasado desde que Olivares comenzara a investigar una pieza que ahonda en la vida, la muerte y el propio teatro preguntándose por el secreto de la felicidad hasta entregar al espectador una reflexión sobre el arte de vivir y la importancia de los pequeños detalles, consideración que nace en un escenario vacío, sin decorados, donde los actores despliegan su talento interpretativo y un dominio de lo metateatral que deja entrever el intenso proceso creativo al que el equipo se ha entregado hasta estrenar en la Sala Dos del Teatro Fernán Gómez, donde estarán hasta el próximo 17 de mayo.

Un pequeño pueblo norteamericano de principios del siglo XX alberga la vida de habitantes como los miembros de las familias Gibbs y Webb, cuyos días transcurren entre actos tan cotidianos como trabajar, regar las plantas o chismorrear entre vecinos. El espectador se sumerge en una historia coral en la que se recorren 17 años durante tres actos diferenciados por un narrador que se encarga de pausar la acción, adelantarse en el tiempo y recordarnos de qué trata la vida con naturalidad y sencillez.


El drama y la comedia se combinan en una representación que roza las dos horas más veloces que recordará el espectador en mucho tiempo. También hay espacio para lo musical, en escenas siempre aderezadas con un gran dinamismo en las que cada actor ejerce de intérprete y a la vez de técnico, modificando con una coordinación sensacional la disposición de los escasos elementos de los que se sirve una función fascinante.

Los acontecimientos más insignificantes son los que se evocan cuando pasan los años y uno mira atrás, algo que convierte Grover's Corner en un espacio familiar para cualquier cultura, tiempo y espectador sin que importe su origen. La desnudez con la que se enfrentan los actores al proyecto emociona por la poesía que anida en unos diálogos aparentemente sencillos, pero de gran profundidad, entre los que uno recordará los abrazos de la madre que ya no está, la ingenuidad del primer amor o el drama de aquel conocido cuya tragedia personal sirvió para dar que hablar entre susurros. Cada movimiento de los intérpretes está perfectamente medido, componiendo una coreografía que impresiona tanto como el diseño sonoro con el que cuenta la representación.

Brilla todo el elenco, que demuestra gran expresividad y presencia escénica en un trabajo tan físico como mental. ¿Y si estamos dejando que la felicidad pase por delante de nuestros ojos sin ser conscientes de ello? El mensaje es esencial en tiempos de pantallas, frenesí y superficialidad. 'Our Town' es una ecuación emocional que golpea con ternura en la cercanía y hace pensar con sensatez a cierta distancia. 


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