EXTRA!
'El larguísimo viaje de dos personas que no se movieron ni un metro'. Con esta frase se presenta 'El gran atasco', una comedia del absurdo repleta de crítica social que permanecerá (los miércoles y jueves a las 20.15 h.) en cartel hasta el próximo 24 junio en la sala off del Teatro Lara, tras el éxito cosechado en la sala Kubik Fabrik.

'El larguísimo viaje de dos personas que no se movieron ni un metro'. Con esta frase se presenta 'El gran atasco', una comedia del absurdo repleta de crítica social que permanecerá (los miércoles y jueves a las 20.15 h.) en cartel hasta el próximo 24 junio en la sala off del Teatro Lara, tras el éxito cosechado en la sala Kubik Fabrik.
Los hermanos Jorge y Alberto
Fernández Cabezudo, autores de series de televisón tan aclamadas por
la crítica como 'Crematorio' o 'El ministerio del tiempo'
presentan, junto al prestigioso dramaturgo Alfredo Sanzol, a una pseudo femme fatale y a un ingenuo oficinista vestido con gabardina que
mucho nos recuerda al director y actor francés Jacques Tati. Maya y el señor Gallardo se conocen en una
carretera en medio de un inaudito atasco que les forzará a recorrer juntos el
camino de la vida a las puertas de la gran ciudad.
Ana Cerdeiriña y Fernando
Sánchez Cabezudo, que además dirige el montaje, destacan por su
expresividad en una interpretación desternillante, verosímil y
surrealista a partes iguales, evocando el film homónimo italiano, basado a su
vez en 'La autopista del sur' de Julio Cortázar.

'El gran atasco' plantea una reflexión sobre la existencia que se presenta a través de
una estética cinematográfica y un viejo auto Trabant (el modelo
simple y económico preferido en la República Democrática Alemana, asociado a la época del Muro de Berlín, ya que muchos ciudadanos lo
utilizaban para intentar traspasarlo). Así, el coche queda anclado en la ágil inmovilidad del tiempo, mientras una pantalla de cine sirve de
elipsis gracias a los ecos de sus imágenes, que de nuevo nos
remiten a la Alemania de los años 60 haciendo uso de escenas cinematográficas y de
anuncios publicitarios.
Pero sólo la estética nos remite
a esta época, pues el guión construido con un ingenio y unos gags propios del
mismo Miguel Mihura y su afamada 'Tres sombreros de copa' contiene todas las inquietudes de nuestra sociedad, que no dejan
de ser preocupaciones universales.
El paso del tiempo, el viaje
frente a la estabilidad, los maletas con las que todos cargamos, la
ineficiencia de los políticos, la gestión de las crisis, las relaciones de
pareja, el cambio de las prioridades y el aburguesamiento nutren el corazón
de una trama que hará reír a los espectadores, situándolos ante una
tesitura absurda que revela el sinsentido que en muchas ocasiones parece esconderse en nuestras propias vidas.
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