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martes, 23 de junio de 2015

Espejismos de una realidad

Atlántida Film Fest


A veces la sociedad es demasiado fuerte y nos arrastra. Ser diferente durante la adolescencia es sinónimo de inestabilidad, rechazo y hasta depresión. Para muchos, esconder su verdadero yo es la única forma de sobrevivir durante la juventud, evitando el dolor de la incomprensión. No cumplir con los dictámenes sociales implica ser raro, pero si además el entorno tampoco muestra empatía resulta inevitable perder todo tipo de esperanza.

El director tailandés Anucha Boonyawatana representa esta lucha a través de su tercer largometraje, 'The blue hour', incluido en la sección oficial de la quinta edición del Atlántida Film Fest. Un ajuste de cuentas entre la realidad y los deseos desesperados de Tam (Atthaphan Poonsawas), que no sólo sufre el desprecio de sus compañeros de escuela, sino que además es maltratado por su propia familia debido a su homosexualidad. A través de Internet, el joven conoce a Phum (Oabnithi Wiwattanawarang), un adolescente que se convierte en su confidente, amigo y pareja. Las instalaciones de una vieja piscina abandonada serán su punto de encuentro, donde darán rienda suelta a su pasión y demonios internos.

Un giro provocado por un extraño viaje a un vertedero hace que la cinta deje de ser el típico drama social para convertirse en puro onirismo, trastocando nuestra visión al envolverse de un halo sobrenatural e incluso terrorífico que camufla la realidad de ambos personajes para sumergirse en los pensamientos de Tam. Su ritmo pausado invita a deleitarse con cada fotograma, en muchas ocasiones con el único propósito de mostrar la excelente labor fotográfica, excediéndose en escenas que no aportan nada.


La estupenda química entre Poonsawas y Wiwattanawarang no hace más que delatar la perfección psicológica de un guión que se mueve entre varios géneros, relatando cuestiones reales que nos embriagan gracias a una cuidada atmósfera como metáfora sentimental de ambos jóvenes. Su tétrico laberinto se representa con juegos de luces entre la azulada penumbra. No sólo la estética es acertada, sino también sus escenarios, extractos de un país en decadencia que va más allá de una cruda pesadilla.

Aunque es cierto que parte de la cinta puede resultar confusa, el mundo imaginario que nos presenta Boonyawatana no es más que la fantasía ilusoria basada en las vivencias del protagonista, en sus deseos de aceptación, de poder vivir su propia felicidad sin el reproche de los demás ni la incomprensión de su familia.

'The blue hour' es una grata sorpresa que nos deja extasiados visualmente y reflexivos con su historia. Un notable trabajo de gran personalidad que logra despertar todo tipo de sensaciones en el espectador, desde ternura y dolor hasta miedo y tensión en su última media hora. Con el paso del tiempo aprendemos que la única manera de sentirnos bien con nosotros mismos es siendo lo que somos sin tapujos, sin pensar en el temido qué dirán, pero no todos llegan a comprenderlo y es ahí donde se sitúa este elegante largometraje tailandés. 7,5/10.


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