Es imposible pensar en el nuevo cine alemán y no mencionar al popular director Wim Wenders. El veterano cineasta germano propulsó su carrera gracias al largometraje 'París, Texas', un título que acabó convertido en película de culto hasta abrirle las puertas del mercado internacional. En los últimos tiempos parecía que el autor se había centrado en el género documental con cintas como 'Pina' y 'La sal de la Tierra', dos éxitos que le llevaron directamente a los Oscar. Sin embargo, ha llegado el momento de volver a la ficción con 'Todo saldrá bien', una cinta que aterriza en la cartelera española el viernes 24 de julio.
El duelo por la muerte de un ser querido se convierte en el
eje central de una trama protagonizada por James
Franco en el papel de Tomas Eldan, un
escritor en plena crisis laboral y matrimonial que busca inspiración
en un precioso paisaje cubierto de nieve. Tras un
fatídico accidente que le dejará secuelas de por vida, Eldan conseguirá por fin
alzar su carrera. Le acompaña su esposa Sara (Rachel McAdams), que no comprende el distanciamiento de su marido, y Kate (Charlotte
Gainsbourg), la mujer que también se vio afectada por el desgraciado percance.
Aunque resulta interesante este tipo de cuestiones con las
que es fácil empatizar, lo cierto es que el largometraje decae casi desde el principio. La
tensión creada durante los primeros 20 minutos deja paso a
diferentes puntos de vista, sensaciones, emociones y reacciones. Las
consecuencias del doloroso suceso marcan a unos personajes por los
que vemos transcurrir el paso de los años, aunque su físico no varía ni un ápice en los 10 años que vemos pasar en la pantalla, centrándose en su evolución mental.

El atractivo que
despertaba Tomas al inicio de la cinta se pierde debido a una frialdad que Franco ha sabido integrar a la perfección. No
obstante, el actor es la única excepción en un reparto de grandes intérpretes desaprovechado. Ese es
el caso tanto de McAdams como de Gainsbourg, dos actrices que pasan desapercibidas en unos papeles que permanecerán a la sombra en
sus trayectorias. Por otra parte, la
incorporación de Robert Naylor a mitad de metraje resulta un acierto, lo mismo que ocurre con el padre del protagonista en la piel de Patrick Bauchau, favoreciendo la vertiente sentimental de la producción.
Fascinado por la visión tridimensional, Wenders hace un uso innecesario del 3D con el que el espectador se limitará a disfrutar de la belleza del paisaje canadiense. Recurrir a esta tecnología ha sido un error, oscureciendo la imagen hasta eliminar todo el potencial que la fotografía podría tener. El doblemente oscarizado compositor francés Alexandre Desplat se encarga de una banda sonora que no termina de transmitir y que ni siquiera merece ser tenida en cuenta.
Fascinado por la visión tridimensional, Wenders hace un uso innecesario del 3D con el que el espectador se limitará a disfrutar de la belleza del paisaje canadiense. Recurrir a esta tecnología ha sido un error, oscureciendo la imagen hasta eliminar todo el potencial que la fotografía podría tener. El doblemente oscarizado compositor francés Alexandre Desplat se encarga de una banda sonora que no termina de transmitir y que ni siquiera merece ser tenida en cuenta.
'Todo saldrá bien' no
hace justicia al título que la presenta ni aprovecha el estupendo elenco del que
dispone. El regreso a la ficción de Wenders
no da la talla durante dos horas de metraje que, a excepción de los minutos iniciales, decepcionan y provocan frialdad. Un trabajo aterido que deja al espectador indiferente bajo el asombro de estar ante uno de los mejores cineastas
europeos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario