
Quince ediciones cumplía este 2015 un festival que lleva defendiendo desde sus orígenes virtudes como la comodidad, la cercanía con el público y la calidad sonora de sus actuaciones. Situada en la comarca del Ebro, la localidad castellanoleonesa de Miranda de Ebro recibe a miles de jóvenes cada primer fin de semana de septiembre que llegan dispuestos a dejarse la piel en uno de los últimos festivales nacionales del verano: Ebrovisión.
La Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, que se encarga de la organización del evento, nació en 1991 tras el
fallecimiento de uno de los primeros dinamizadores culturales de la ciudad.
Tras varios años celebrando un concierto homenaje a Izquierdo y otros tantos de
parón, el ingreso en la asociación de una serie de jóvenes con ganas de dar a
conocer Miranda de Ebro consiguió sacar adelante la primera edición de un
festival por el que han pasado artistas de la talla de The Sounds, Mando Diao y
Ocean Colour Scene.
La liberación que un amante de la
música siente frente a un escenario en el que se deshace de cualquier
restricción y cliché al ritmo de los temas de bandas de indudable valía es sólo
uno de los encantos que se viven en un festival de música,
donde también existen desventajas como la dificultad de concentrarse en las calidad
vocal de los grupos debido a la euforia colectiva y el abuso de
alcohol de los que al día siguiente no recordarán una sola actuación. Gajes del
oficio, que diría alguno.
La Fábrica de Tornillos abría sus
puertas el jueves para recibir a grupos como Correos, Pecker, Rufus T. Firefly
y Trajano! Con la certeza de que muchos asistentes esperaban al viernes para
comenzar la celebración, la energía positiva de Pecker, la fuerza dramática de
los madrileños y el sonido after-punk de Trajano! bien merecieron dejarse caer por una fiesta de bienvenida que se prorrogó en la Sala OROSCO con
la selección musical que pinchó la directora del programa '180 grados' de Radio
3, Virginia Díaz.

Gran inauguración la del
Multifuncional de Bayas en la jornada del viernes, que nos dio una primera
sorpresa con los irlandeses The Hot Sprockets, que con su rock 'n roll con
aires blues entregaron una de las actuaciones más frescas del día, con himnos
como 'Sleep Shake' y 'Soul Brother'. Los Niños Mutantes granadinos
transmitieron comodidad en un directo correcto de indudable calidad pero cierta
monotonía de la que se salvaron piezas como 'Náufragos', 'Errante' o 'Todo va a cambiar'. De experiencia también sabe un rato La Habitación Roja, que continúa
celebrando su vigésimo aniversario y convenciendo al personal con piezas como 'Ayer' e 'Indestructibles'.
Un punto y aparte como este se
merecen los chicos de Sidonie, que protagonizaron una auténtica fiesta desde que se iluminasen por primera vez los neones rosas con los
nombres de Marc Ros, Jesús Senra y Axel
Pi sobre el escenario. Raro sería que alguien no hubiese saltado en temas como 'El
incendio', 'Estáis aquí' y 'Un día más en la vida'. Van sobrados de carisma y
no les falta ni experiencia ni talento.
Los estadounidenses Hercules
& Love Affair cerraron la jornada del viernes con una actuación que no bajó
el ritmo tras el directo más potente de la noche, algo que dice mucho de la
propuesta disco de una banda que ha trabajado con artistas de la talla de John Grant y Antony and the Johnsons. Temas como 'Do you feel the same?' o 'Blind' son carne de discotecas de todo el mundo.
Cuando aún se recordaba la
energía desbordante de Sidonie la noche anterior, el grupo catalán se convirtió
en protagonista del concierto sorpresa por el XV aniversario del festival en
una cita abierta al público en la que versionaron temas como 'My Generation' de
The Who, compartiendo escenario y temas propios con grupos como Niños
Mutantes, Supersubmarina y We Are Standard.

Impagable bolo el que ofreció Joe
Crepúsculo en el escenario instalado en el casco antiguo de Miranda, donde
acompañado del artista flamenco Tomasito hizo saltar a todos los presentes con rompepistas
electrónicos del calibre de 'A fuego', 'La verdad' y ese hitazo llamado 'Mi fábrica de baile'.
La timidez inherente y los temas
lentos de la cantautora malagueña Anni B. Sweet en el Multifuncional de Bayas
causó bostezos en unos y satisfacción en otros con un setlist psicodélico que
se hizo corto y concluyó con un dúo sobresaliente con su pareja, el vocalista
de Lori Meyers, del tema 'Mi realidad'. Los californianos Allah-Las
consiguieron crear una atmósfera mágica con su fusión de garage y rock&roll
en un recital coronado por sus éxitos 'Catamaran' y 'Busman’s Holiday'.
Pasada la medianoche salieron a
escena los chicos de Luis Alberto Segura, L.A., que a pesar de la interesante propuesta
de luces que presentaron no encontraron la delicadeza que les hace brillar en
aforos menores, sobre todo a la hora de interpretar temas acústicos como 'Ordinary
Lies', donde el vocalista pudo lucir voz a pesar de la incomodidad por el ruido.
No se pueden pasar por alto propuestas como la de los mallorquines, con unas composiciones
y sonoridad que valen oro cuando se pasa de oírse a sentirse.

No se hicieron esperar los niños
mimados de Baeza, Supersubmarina, el caramelo del sábado en el festival.
Consolidados en la primera línea del pop-rock patrio, les acompaña su
incuestionable entusiasmo y la defensa a muerte que hacen de ellos sus miles de
seguidores, aunque siendo honestos hay que reconocer que, tras temas como 'Cientocero', 'En mis venas' y 'Niebla', a las últimas composiciones de la banda les falta madurez,
cargadas de un exceso de lloros postadolescentes. Buenísima energía, cierta
distancia con el público y una traca final llena de dinamismo en la que se
intuyó – por su selección - que son conscientes de que el pasado fue mejor.
La banda zarauztarra Delorean
cerraron las actuaciones del Multifuncional de Bayas con uno de los directos
más potentes de la edición, presentando un adelanto de su próximo trabajo, 'Crystal', consiguiendo el clímax de su actuación cuando llegó el turno de 'Grow', 'Seasun' y 'Deli'. Es fácil ver que el grupo se relaja cuando dejan de lado sus temas
más rock y se centran en la electrónica que les ha hecho girar por todo el
mundo.
Muy buena sensación la que nos
llevamos de nuestro primer Ebrovisión, un festival familiar con precios
razonables en sus consumiciones, buen ambiente entre el público y sin la
masificación de muchos hermanos mayores. ¡Larga vida al festival de Miranda de
Ebro, a los mirandeses y a la buena música!
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