
A pesar de tratarse de un fenómeno inconsciente la mayoría del tiempo, comportarse de acuerdo con la sociedad es una de las tareas más complejas que se lleva a cabo a lo largo de la vida, algo que supone un aprendizaje continuo. Aunque nos rodeamos de personas que nos sirven de ejemplo, en ocasiones nuestra naturaleza decide hacer oídos sordos, ya sea por creencias que contradicen normas sociales o por problemas de comportamiento.
'La camarera Lynn' ('Das Zimmermädchen Lynn'), un drama un tanto peculiar que se estrena el 25 de septiembre en los cines españoles, reafirma el hecho de que si una historia no está bien narrada puede provocar una gran indiferencia. El film dirigido y guionizado por el alemán Ingo Haeb (que ya probó suerte sin mucho éxito en su comedia 'Sohnemänner'), basado en la novela del autor austriaco Markus Orths, se estrenó en 2014, llegando a España de la mano de la distribuidora Film Buro.
La narración presenta a Lynn Zapatek (Vicky Krieps, a quien ya pudimos ver en 'Antes del frío invierno'), una mujer de la limpieza – en ningún momento camarera - del Hotel Edén que intenta llevar una vida corriente aprendiendo de todo lo que le rodea con una método bastante discutible: husmeando en los equipajes y enseres de los clientes del alojamiento. Su incesante necesidad de instruirse le hace que pierda todo tipo de límites, pasando de probarse la ropa de los clientes en sus propias habitaciones a esconderse debajo de sus camas para observar cómo se comportan cuando creen estar solos.
Mientras tanto, Zapatek vive aislado. Evita el contacto físico con su familia, su comportamiento no es muy común y mantiene una relación puramente sexual con el gerente del hotel que, no sólo no disfruta, sino que parece empeñarse en mantener por más que su jefe se niegue a continuar. Finalmente, en la vida de la poco corriente Lynn se cruza Chiara (Lena Lauzemis, en la que supone su segunda aparición en la gran pantalla tras su debut en 'Si no nosotros, ¿quién?'), una dominatrix que se prostituye empleando prácticas sadomasoquistas con quienes la contratan.

Aunque la película presenta un argumento sorprendente, el ritmo denso y unos diálogos vacíos no llegan a ser salvados por unos personajes que no logran conectar con el espectador. Esta falta de empatía con el relato y sus protagonistas dista bastante de los resultados que consigue la versión novelada, donde se lleva a cabo una introspección necesaria para comprender lo que ocurre. En su afán por no crear indiferencia, la banda sonora llega a poner en duda la cantidad de trabajo que hay tras el largometraje.
'La camarera Lynn' sigue la práctica habitual de retratar a los amantes del sadomasoquismo como sujetos perturbados, con vidas oscuras, problemas sociales y hasta psicológicos. Esto recuerda al trato que recibe el protagonista del fenómeno mundial 'Cincuenta sombras de Grey', aunque en ese caso el perfil de público y personaje corrió una suerte muy distinta.
Pese a que el film fue galardonado con el Premio a la Mejor Contribución Artística, el Premio a FIPRESCI y el Premio a Mejor Actriz Revelación a Vicky Krieps en el Festival de Montreal 2014, la trama cuenta con una historia desconcertante que, a pesar de haber obtenido la buena crítica de los medios alemanes, no logra captar la atención del espectador ni crear la empatía necesaria para conectar con ella, lo que producirá que su historia caiga probablemente en el olvido.
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