viernes, 9 de octubre de 2015

El ingenio frente a la censura

EXTRA! 

Parece ser en los peores momentos cuando la creatividad aflora en todo su esplendor, y si no que se lo digan al director iraní Jafar Panahi, que vive una situación exasperante al sufrir la censura de su país. Un castigo político le impide abandonar el país y realizar películas o entrevistas durante 20 años debido a su participación en protestas pacíficas y al retrato social que plasma en sus obras. Estas circunstancias le han llevado a buscar alternativas para dar rienda suelta a su talento artístico y hacernos llegar (de forma clandestina) su nuevo trabajo, 'Taxi Teherán', un falso documental en clave de comedia que se estrena en la cartelera española el viernes 9 de octubre.

Ganadora del Oso de Oro en la última edición del Festival de Berlín, la cinta muestra algunas conversaciones y peripecias de los clientes de un taxista en cuya piel se introduce el propio cineasta. Unos peculiares pasajeros que quedan plasmados, en su mayoría, a través de una cámara situada en la guantera que ellos mismos asumen como mecanismo de seguridad, y también gracias al dispositivo que utiliza uno de los personajes y que el director incluye como material de apoyo.

Recorremos la ciudad de Teherán mientras escuchamos cómo un hombre confiesa ser un ladrón al mismo tiempo que pide la ejecución de quienes cometen ese tipo de delitos. Una mujer se queja de la cantidad de ejecuciones que se producen en el país mientras un cómico vendedor de películas reconoce la identidad del conductor, dos señoras portan una pecera y la pizpireta sobrina del cineasta no duda en regañarle por haber llegado tarde a recogerla a la salida del colegio, impidiendo que le presentara a sus compañeros.


Personajes llenos de encanto que permanecen en el anonimato mientras transmiten unas dosis de realismo en las que Panahi no participa hasta el final. Diálogos en los que el autor intenta ser un espectador más, interviniendo sólo cuando se lo piden. Hombres partícipes de la miseria y de las escasas posibilidades que el país les ofrece frente a mujeres que muestran su comprensión ante la precariedad y asumen un papel activo en las charlas. Aun teniendo en cuenta que estamos ante un falso documental, la naturalidad de las actuaciones nos hace preguntarnos constantemente si lo que vemos no es más que la realidad vivida por el director.

La cinta adquiere un original dinamismo a lo largo de 82 minutos durante los que la acción queda encerrada en el interior de un coche en el que cada conversación genera distinto interés, lo que produce cierto altibajos. No obstante, el autor consigue transmitir sus intenciones de forma sencilla, clara e inteligente al exponer la situación en la que se encuentra un país que coarta la libertad de sus ciudadanos incluso cuando los estudiantes quieren expresar sus pensamientos en la escuela.

'Taxi Teherán' funciona como una ingeniosa muestra del pueblo iraní, de sus problemas, costumbres y creencias orquestadas por un régimen autoritario que pretende proyectar una imagen más democrática de lo que en realidad es. Una crítica sutil camuflada en las peripecias de unos actores aficionados que finaliza con un contundente mensaje por la defensa de los derechos humanos que se convierte en la pieza fundamental de un divertido puzzle conversacional de obligado visionado.


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