miércoles, 28 de octubre de 2015

Los sueños de las mujeres en el Círculo de Bellas Artes

EXTRA!

Las emociones y recuerdos enterrados ascienden a la superficie consciente en la fase onírica. Recordar e interpretar estos fragmentos es lo que ayuda en ocasiones a desbloquear las barreras que imperan en el desconocimiento. Sigmund Freud fue el médico que investigó este hecho y analizó la profundidad y psicología de los sueños, focalizando en los recuerdos de infancia y en cómo influían en los deseos más ocultos del ser humano. 

El Círculo de Bellas Artes de Madrid recoge esta idea en la exposición de la fotógrafa alemana Grete Stern. Expuesta en la Sala Minerva hasta el próximo 31 de enero de 2016, ofrece la posibilidad de hacer un recorrido por los fotomontajes de una creadora cuya sensibilidad artística rebosa en cada uno de los 46 positivos que conforman la muestra.

Una formación totalmente vinculada a las artes gráficas y respaldada por sus estudios en la Bauhaus de Dessau confieren a la artista alemana una experiencia sólida que acabó demostrando en sus colaboraciones habituales en la revista 'Idilio' de la Editorial Abril. Dirigida por el sociólogo italiano Gino Germani y orientada al público femenino, la publicación ofrecía fotonovelas, instrucciones de cómo llevar a cabo las tareas del hogar y un entretenimiento que no iba más allá de conocer los nombres de los actores y actrices de Hollywood.

La labor de Stern en este ambiente tan crítico y misógino era la de ilustrar las cartas personales que las mujeres enviaban a la revista, donde volcaban sus sueños en palabras anónimas que revelaban todo aquello que no podían decir en voz alta. Una vez por semana se psicoanalizaban los sueños de las lectoras, lo que acompañado por la reinterpretación visual de los mismos mostraban un marco social en el que las protagonistas sufrían las condiciones de su posición.


Un áspero blanco y negro incrementa la sensación de soledad que rodea la vida de las lectoras. Así, los sueños de encarcelamiento, renacimiento, triunfo y dominación quedan retratados en los montajes. La artista alemana suele recurrir a elementos reiterantes que señalan con vehemencia la comodidad a la que se acostumbran los hombres, representados habitualmente como tortugas acomodadas en el confort de su caparazón.

Las jaulas se alzan como elemento claustrofóbico en el que las féminas encierran sus penurias. Los niños aparecen como un soplo de aire fresco en el que las jóvenes encuentran su liberación. Cada una de las obras cobra su personalidad gracias a los diferentes relatos y reinterpretaciones que trasladan las inquietudes latentes a una realidad en la que el mar y sus tesoros se convierten en cómplices.

Con un tono cercano a la nostalgia y la maestría propia de quien domina la técnica de la imagen, Grete Stern plasma con elegante transparencia el alegórico mundo de los sueños. Reinterpretando los escritos junto a Germani y traduciéndolos a su propio lenguaje, la fotografía, la artista coloca los diferentes retazos hasta convertirlos en historias con las que desvelar los secretos que esconden los sueños de las mujeres. 


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