
Como dijo Al Pacino en la segunda parte de 'El Padrino', 'si hay algo seguro en esta vida, si la historia nos ha enseñado algo, es que se puede matar a cualquiera', pero ahí están los agentes de la ley para evitar que eso suceda. En esta tesitura se encuentran los protagonistas de 'The Gagfather', una pieza inspirada en las películas de gánsters que, tras un año de gira por numerosas ciudades, aterriza en el Teatro Alfil de Madrid.
La prestigiosa compañía de teatro Yllana rinde homenaje al cine negro con una historia repleta de delirantes situaciones en la que el humor negro, la inventiva teatral y el código gestual característico de la compañía están muy presentes. Desprovisto de la acidez de los diálogos del cine negro, el montaje deambula entre el cine mudo, el humor absurdo y el gore.
Pocas temáticas les queda ya por trabajar a esta veterana
compañía que lleva 25 años subiéndose a las tablas de todo el mundo. Se les ha podido ver toreando en '¡Muu!'; reflexionando sobre la pena de muerte en '666'; fueron forajidos en 'Far West' y
todavía se les puede encontrar surcando el turbio mar de las finanzas en 'Brokers'. Sus montajes se han
representado en 44 países, llegando a más de un millón y medio de
espectadores.
De miércoles a domingos, el Teatro Alfil permite disfrutar de una comedia delirante de buenos y malos en la que cuesta marcar el límite
entre el bien y el mal. La trama nos sumerge en la historia de
unos policías que persiguen a unos mafiosos con caretas de payasos que están
aterrorizando la ciudad con sus fechorías. Malentendido tras malentendido, los agentes no dejan de meter la pata frente a los escurridizos payasos.

Corrupción, drogas, torturas,
persecuciones y tiroteos se mezclan en un ágil montaje en el que hasta las vísceras
saltan al patio de butacas ante la atónita mirada de los asistentes. Los delincuentes son capaces de comprar su libertad
mientras que los policías - ¡y hasta la propia Iglesia! - hacen la vista gorda a cambio de
un puñado de dólares.
Una producción llena de ingenio y de poderosos
gags visuales que cuenta con el gran talento para el arte de la comedia
gestual de Fidel
Fernández, Luis Cao, Juanfran Dorado y Jony Elías: cuatro grandes
intérpretes que, con rápidos cambios de vestuario, se desdoblan para introducirse en la
piel de todos los personajes de la historia. La brillante y sencilla puesta en escena se sirve de unos
paneles móviles que sirven para simular los diferentes escenarios de un montaje en el que destacan tanto la espléndida iluminación como los cuidados efectos sonoros
que aportar dinamismo a una obra sin diálogos.
Durante 90
minutos, el público no para de reír con una frenética y singular propuesta llena de ritmo que, a pesar de no contar con conversaciones, despliega una trama que se entiende a la perfección. Una historia que nos traslada a los
bajos fondos y a los más bajos instintos mediante una reflexión constante sobre el bien y el mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario