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viernes, 5 de febrero de 2016

La clandestinidad de un amor imposible

EXTRA! 

El amor prohibido, los vaivenes de una pareja que se mantiene al margen de los dictámenes de una sociedad conservadora y la pasión secreta son suficientes atractivos como para entregarse al último trabajo del director californiano Todd Haynes, 'Carol'. Un sencillo título para una producción británica que llega a la cartelera española el viernes 5 de febrero, respaldada por innumerables premios, reconocimientos y seis nominaciones a los Oscar. Parte de este éxito reside en 'El precio de la sal', la novela autobiográfica de la afamada escritora tejana Patricia Highsmith, publicada, en un primer momento, bajo el seudónimo de Claire Morgan.

El guionista Phyllis Nagy (nominado al Oscar) se encarga de la adaptación, situando al espectador en el fascinante Nueva York de los años 50. Theresa Belivet (Rooney Mara) trabaja como dependienta en la juguetería de los grandes almacenes Frankenberg cuando aparece Carol Aird (Cate Blanchett), una elegante mujer de mediana edad que la deja eclipsada. Theresa se siente atraída por ella y, poco a poco, se va involucrando en su vida, descubriendo que es madre de una niña y que está a punto de divorciarse de Harge (Kyle Chandler). Su amistad se va intensificando a través de juegos de miradas y coqueteos, haciendo que Theresa se distancie de su amigo Richard Semco (Jake Lacy), cada vez más molesto. Por su parte, Carol se enfrenta a los reproches de su marido, conocedor de la orientación sexual de su esposa. Para librar tan dura batalla cuenta con el apoyo de su mejor amiga, Abby (Sarah Paulson).

Haynes detiene el mundo para adentrarnos en un pasado tradicional en el que un amor reprobado lucha a contracorriente intentando superar cada obstáculo. Pese a tan interesante argumento, el autor desarrolla la relación con pinceladas superficiales y frías. La pasión contenida de ambas protagonistas no termina de desatarse y las emociones que puedan extraerse nunca terminan de explorarse, restando empatía y atracción en el espectador. La linealidad de la narración se resiente, a excepción de escasos instantes en los que se profundiza en un bello envoltorio que se presenta a fuego lento.


El fantástico reparto está encabezado por la gran Cate Blanchett, nominada al Oscar como mejor actriz y reclamo absoluto de la cinta con un fascinante personaje. Independiente, elegante, fría y segura de sí misma, se sirve de su gestualidad para embellecer los momentos que comparte con Therese. Una mujer que representa a las víctimas de la hipocresía social, que debe luchar entre ser ella misma y dar rienda suelta a su sexualidad o seguir supeditada a un posesivo marido para permanecer al lado de su hija. Mara, que también ha recibido su nominación a la mejor actriz de reparto, aporta el toque inocente de quien descubre algo inesperado en su ser. No es nada fácil resaltar frente a Blanchett, algo que no impide que ambas brillen en papeles comedidos de gran profundidad.

Haynes ha sabido rodearse del mejor talento para construir 'Carol', contando una vez más con el afamado director de fotografía estadounidense Edward Lachman, que deja con una huella inigualable que se suma a las estatuillas a las que opta la producción el próximo 28 de febrero. Quien construyera la tétrica ensoñación de 'Las vírgenes suicidas', de Sofía Coppola, o el realismo de 'Erin Brockovich', de Steven Soderbergh, regresa con una atmósfera intimista recreada en el contexto clasicista del Nueva York de los años 50 y los habituales moteles de carretera. Tonos cálidos y verdosos, una gran carga simbólica, preciosismo en los encuadres y una bella banda sonora a cargo del compositor de moda, Carter Burwell, por quien la cinta recibe otra nominación junto a la de mejor vestuario por el excelente trabajo de la diseñadora británica Sandy Powell.

'Carol' es un largometraje comedido que deja un poso reflexivo en torno a la mentalidad retrógrada de una sociedad que puede llegar a provocar un inmenso dolor a quienes se muestran o se sienten diferentes. Una actitud que sigue repitiéndose en la actualidad, convirtiendo el trabajo de Haynes en una obra atemporal que proyectaba altas expectativas que no alcanza, a pesar de contar con grandes atractivos de la talla de unas magníficas Cate Blanchett y Rooney Mara.


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