viernes, 12 de febrero de 2016

La lucha por la verdad

EXTRA! 

Este año se celebró el 50 aniversario de la Super Bowl, la final de la liga nacional de fútbol americano (NFL). Un evento celebrado con un derroche de espectáculos entre los que se incluyen las actuaciones de los artistas más famosos del mundo. Al otro lado del charco, el deporte puede llegar a vivirse como una forma de vida: ¿pero qué ocurre en el momento en el que eso puede llegar a matarte a los 50 años? De la lucha entre el negocio, la salud y el conocimiento de la verdad nos habla Peter Landesman en su última película, 'La verdad duele (Concussion)', que se estrena en las salas españolas este viernes 12 de febrero.

Basada en hechos reales, la producción cuenta la historia del doctor Bennet Omalu (Will Smith), un médico especializado en neuropatología forense que realiza una autopsia a la antigua estrella del fútbol americano Mike Webster (David Morse), tras su aparición sin vida en una furgoneta después de haber padecido una fuerte demencia y depresión sin motivo aparente. Lleno de incógnitas, el doctor decide hacer un examen más exhaustivo del cerebro del cadáver mientras que otros cuerpos de antiguas estrellas deportivas siguen llegando a sus manos.

Omalu descubrirá que los jugadores de este deporte pueden llegar a desarrollar una enfermedad ahora conocida como traumatismo craneoencefálico crónico (CTE), un proceso neurodegenerativo que puede aparecer cuando el cerebro está expuesto de forma continuada a múltiples golpes. Este descubrimiento que el doctor está dispuesto a dar a conocer hará que la NFL le pongan a él y al antiguo médico deportivo Julian Bailes (Alec Baldwin) las cosas más difícil de lo esperado.


Una de las cosas que más llama la atención del largometraje es la cuidadísima fotografía e iluminación. Un excesivo enfoque en el papel de Smith juega en contra del desarrollo del resto de personajes, dejando a veces de lado la historia principal. A riesgo de parecer que el director y guionista de la película no quería arriesgarse a entrar de lleno en un tema polémico como el que trata, lo cierto es que no entra en detalles, desviando la atención a tramas como la del romance con Prema Mutiso (Gugu Mbatha-Raw), que empañan el que podría haber sido un gran thriller dramático.

El guión monótono lo salva la interpretación de un Smith que se desenvuelve como pez en el agua en la atmósfera documental que desprenden las imágenes. Se aprecia claramente el estudio que el actor ha hecho del personaje, demostrando una vez más su versatilidad al simular con naturalidad el acento nigeriano, llevar la pasión del sueño americano a la realidad y demostrar la gran sensibilidad de un médico que habla con los muertos y escucha lo que le dice el silencio.

¿Dónde termina el fanatismo y comienza el sentido común? La respuesta a esta pregunta es el verdadero mensaje que Landesman lanza al espectador con su segundo trabajo. Un descafeinado thriller dramático que, a pesar de sus defectos, no dejará a nadie indiferente por la humanidad de su protagonista y porque las grandes historias son las que le ocurren a aquellos que viven entre nosotros.


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