EXTRA!
El próximo 28 de febrero se celebra la 88 edición de los Oscar y, de nuevo, las apuestas están a la orden del día. Y entre los grandes interrogantes, la misma pregunta que acompaña al certamen en los últimos años: ¿será este el año de Leonardo DiCaprio? Sin duda, esta es una de las grandes batallas de un actor que, pese a poseer una trayectoria envidiable, continúa siendo castigado por sus trabajos más comerciales. En esta ocasión se pone bajo la batuta del director mexicano Alejandro González Iñárritu, cuya última obra, 'El renacido (The revenant)', llega a la cartelera española el viernes 5 de febrero.
Sería hacer justicia que DiCaprio consiguiera el codiciado Oscar con una cinta que encumbra aún más a Iñárritu, no sólo por sus 12 nominaciones, entre las que se encuentran la de mejor película y dirección, sino por entregar al público un brillante ejercicio cinematográfico construido a partir de un perfecto trabajo técnico. La recompensa en los premios más importantes de Hollywood parece un hecho.

El próximo 28 de febrero se celebra la 88 edición de los Oscar y, de nuevo, las apuestas están a la orden del día. Y entre los grandes interrogantes, la misma pregunta que acompaña al certamen en los últimos años: ¿será este el año de Leonardo DiCaprio? Sin duda, esta es una de las grandes batallas de un actor que, pese a poseer una trayectoria envidiable, continúa siendo castigado por sus trabajos más comerciales. En esta ocasión se pone bajo la batuta del director mexicano Alejandro González Iñárritu, cuya última obra, 'El renacido (The revenant)', llega a la cartelera española el viernes 5 de febrero.
El largometraje está basado en la famosa historia del
legendario Hugh Glass, un explorador
norteamericano del siglo XIX. En pleno conflicto entre indios y colonos, un
grupo de hombres se adentra en el bosque para cazar y recoger pieles con las
que comerciar. Durante uno de los ataques, Glass
(Leonardo DiCaprio) y su hijo mestizo,
Hawk (Forrest Goodluck), intentan guiar al capitán Andrew Henry (Domhnall Gleeson), al exmilitar John Fitzgerald (Tom Hardy), al joven Jim Bridger (Will Poulter) y a los pocos restantes de vuelta al rancho.
Cuando Glass es gravemente atacado por un
oso, se convierte en un lastre para el grupo. Pese a
que Fitzgerald y Bridger se encargan de él, acaba siendo abandonado a su suerte, emprendiendo su propio camino para vengarse de sus compañeros.
La cinta es una obra muy personal en la que Iñárritu otorga una gran importancia al
trabajo técnico en detrimento del narrativo. Así, la película posee
uno de los planos secuencia más impresionantes de los últimos años,
apoyándose en la impecable labor fotográfica del realizador mexicano Emmanuel Lubezki. Panorámicas de
infarto o planos de 360º desfilan sobre bosques y montañas nevadas o los desiertos
congelados de Montana, desprendiendo ciertas reminiscencias del cine de Terrence Malick y escenas
que traen a la mente la cinta dirigida por el afamado actor Kevin Costner, 'Bailando con lobos'.

A nivel narrativo, la carga de violencia deja entrever
cierta admiración por el estilo del realizador californiano Sam Peckinpah. No obstante, el autor
logra transformar todo tipo de crueldad en una extraña belleza visual casi
onírica. El egoísmo, el sentimiento de superioridad y la ambición son
retratados como las mayores bajezas del ser humano. Su pausado ritmo facilita el
deleite en los detalles, otorgando tal realismo que el espectador llega a sentir la respiración del protagonista. La cámara se inmiscuye en su
intimidad, acercándose excesivamente e invadiendo sin titubeos. Entre
tanto preciosismo técnico, el largometraje termina alargándose más de lo debido en un trabajo que alcanza las dos horas y media de duración.
Sin apenas diálogos, el peso de la acción
recae en las interpretaciones de un insuperable reparto. Admirable el esfuerzo de DiCaprio en un papel que exige gran dedicación, mientras Hardy
va tomando peso según pasan los minutos. Manipulador, traicionero
y cobarde, Fitzgerald es el perfecto
antagonista frente a un héroe como Glass.
También cabe destacar la labor realizada por Gleeson, que nuevamente apuesta por una superproducción para
ampliar su magnífica trayectoria.
Sería hacer justicia que DiCaprio consiguiera el codiciado Oscar con una cinta que encumbra aún más a Iñárritu, no sólo por sus 12 nominaciones, entre las que se encuentran la de mejor película y dirección, sino por entregar al público un brillante ejercicio cinematográfico construido a partir de un perfecto trabajo técnico. La recompensa en los premios más importantes de Hollywood parece un hecho.
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