
Nueva York, la ciudad en la que todos los sueños pueden hacerse realidad. Los edificios emergen como gigantes y el individualismo se instaura como forma de vida. Las visiones de la metrópoli, así como las impresiones generadas, varían tanto como los residentes y viajeros que han transitado por ella. El artista donostiarra Eduardo Laborde, especializado en el arte hiperrealista, ofrece su mirada de la gran ciudad, hasta el próximo 20 de marzo,
Los cinco años de
residencia en Brooklyn inspiraron al autor, biznieto del pintor Ignacio Zuloaga, para crear la serie 'Times Square
Flash Black', en la que presenta obras centradas en el esplendor de la plaza,
ofreciendo un enfoque fronterizo entre la modernidad y los años 40. De esta
manera, los rascacielos comparten espacio con elementos renacentistas y crean
composiciones totalmente vinculadas a la estética pop, marcadas por referentes como Roy Lichtenstein o Andy Warhol.
El cómic, la publicidad y
la ilustración también cobran protagonismo en las creaciones de Laborde. Los
superhéroes se trasladan a la Roma clásica y las estrellas de cine de los 50, como Grace Kelly, se encumbran como icono de clase y sensualidad. El
interés del artista por el contraste entre lo conservador y lo actual permite que
el espectador realice un recorrido por un Manhattan en blanco y negro, y por otro que, totalmente modernizado, revela en sus carteles los intereses de la sociedad contemporánea.
Lo que más destaca
de la exposición es la técnica utilizada en la concepción de las obras. Los
efectos fotográficos y pictóricos se alzan en un contexto de perspectivas
en el que la frontera entre lo real y lo ficticio se concibe como un elemento
artístico más. De esta manera, lo que iría más allá de la instantánea es
creado por la imaginación del artista. Las técnicas utilizadas para trazar el
mundo más allá de la fotografía son el pastel y el óleo.
Uniendo en cada una de
sus composiciones diferentes elementos, métodos y perspectivas, el autor desarrolla el fotocollage superponiendo fotografías y trabajando en Photoshop
los bocetos previos. La ciudad, convertida en un auténtico vaivén de estilo,
transmite un aire neopop perfilado gracias a la diversidad de herramientas y
materiales empleados. El papel y el metal son tan sólo dos de los ejemplos
sobre los que se trabaja.
Situada en la coqueta y exquisita sala de arte de El Corte Inglés de Castellana, la muestra ofrece la oportunidad de ver y adquirir la visión
ecléctica del Nueva York de Laborde. Manhattan y la República Dominicana se encuentran al tiempo que Romeo Santos y las ruinas de Petra se
encaran en un espacio inimaginable. La técnica recóndita de la fotocomposición
reivindica su valor en un panorama artístico donde todavía le queda mucho por ofrecer.
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