jueves, 26 de mayo de 2016

Un recorrido por la primera mitad del siglo XX

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Joaquín Torres-García fue un destacado pintor uruguayo de la primera mitad del siglo XX. Bajo el nombre 'Torres-García, un moderno en la arcadia', la tercera planta del Espacio Fundación Telefónica acoge un recorrido cronológico por la evolución e influencias de un artista que vivió en un tiempo tan cambiante y convulso como creativo e interesanteDel 19 de mayo al 11 de septiembre, se puede disfrutar de una muestra de acceso libre con visitas comentadas los martes (12.00 y 18.00 h.), miércoles (18.00 h.) y sábados (12.00 h.)

Desde finales del siglo XIX, con Barcelona como marco, hasta sus últimas creaciones a mediados del siglo XX, desarrolladas en Montevideo, la exposición intenta explicar cómo la obra de Torres-García pasó por diferentes etapas asociadas a los años que le tocó vivir: desde las vanguardias al constructivismo, pasando por la abstracción.

En su juventud en la Ciudad Condal, el pintor participó en el movimiento del noucentisme. De esta etapa se pueden ver piezas pictóricas como 'Ritmo de ciudad', que ya muestran un estilo moderno que representa la vida en la urbe, con sus máquinas y frenetismo. De su breve paso por Nueva York -tras salir de Barcelona al final de la Primera Guerra Mundial- destacan los collages, la mejor técnica para mostrar la esencia fragmentaria de la gran ciudad.


Durante el periodo de entreguerras, Torres-García llega a París, donde le influye el arte abstracto que va permeando sus obras. Además, experimenta con el primitivismo en esculturas de madera pintadas. Muchas pueden verse en la exposición. En esta etapa, las figuras ya son sólo trazos, esquemas de lo básico de un individuo, así como la representación de otros muchos objetos. Estas obras pertenecen a lo que luego se llamaría universalismo constructivo.

En 1934, el artista vuelve a Montevideo, donde desarrolla el resto de su obra. Ahí se convirtió en un artista muy relevante en el país. Y según va pasando el tiempo, el eclecticismo lo invade todo. Todo se mezcla y la exposición así lo recoge. Destaca el cierre con la obra 'América invertida', que cambia el punto de vista de la habitual división norte-sur.

Comisariada por el historiador de arte venezolano Luis Pérez-Oramas, esta muestra pasó por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) con gran éxito. En Madrid puede verse hasta mediados de septiembre, tras lo que viajará al Museo Picasso de Málaga, donde podrá disfrutarse del 10 de octubre al 5 de febrero de 2017. Un agradable recorrido pictórico e histórico que pone el foco en la individualidad de un artista que elude la clasificación.

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