viernes, 1 de julio de 2016

Un nuevo punto de partida

EXTRA!

A veces la vida tiene reservado algún que otro capítulo desagradable, baches que sirven para hundir el ánimo pero también para aumentar la fortaleza, afrontar el destino de la mejor manera posible y superar obstáculos hasta alcanzar el verdadero éxito. En todo este proceso, cada persona afronta sus problemas de formas muy diferentes. Hay quienes prefieren acudir a un profesional, quienes optan por vivir como si nada hubiera pasado, quienes se enfrentan a sus debilidades y quienes prefieren hacer culpables a los que le rodean. Todo nos lleva a la supervivencia, tanto si la medida es efectiva como si no, pero siempre hace falta la lucha. El director canadiense Jean-Marc Vallée regresa con un nuevo trabajo enfocado en esta idea, 'Demolición', que llega a la cartelera española este viernes 1 de julio.

La cinta profundiza una vez más en la psique de sus personajes, en historias humanas con las que es fácil sentirse identificado. La sombra de la muerte siempre está presente, pero el ser humano ha decidido ignorarla, de forma que cuando llega no se está preparado. Esto es lo que le sucede a Davis Mitchell (Jake Gyllenhaal), un joven ejecutivo de gran éxito que trabaja en la empresa de su suegro, Phil (Chris Cooper). Su matrimonio es de lo más normal hasta que un día su esposa, Julia (Heather Lind), fallece trágicamente en un accidente de coche. De repente, su vida llega a un punto de inflexión. En pleno caos emocional y tras ver cómo una máquina de refrescos se queda con su dinero, decide ponerse en contacto con la compañía, donde conoce a Karen (Naomi Watts) y a su hijo Chris (Judah Lewis).

El viaje que ofrece Vallée no es más que otro de tantos que llega al oscuro interior de los personajes, a la montaña rusa en la que se ven envueltos cuando reciben un golpe de realidad. Su propuesta no ofrece sorpresas, pero sí una medicina curativa para momentos de crisis sin recurrir a edulcorantes imaginativos, yendo directamente a la esencia y evitando interpretaciones que no vienen al caso. Es esta sencillez con la que encara la narración y las situaciones que aborda lo que logra cautivar al espectador, manteniendo su atención a flote a lo largo de los 100 minutos de historia. El proceso que sigue el protagonista revela lentamente su forma de ser, cómo ha estado actuando y cómo hacer frente a su solitario futuro.


Cada personaje completa en mayor o menor medida la figura de Davis, desde un suegro que no comprende su comportamiento, hasta su nueva amiga Karen, que le abre una ventana hacia un mundo diferente al de su rutinaria vida, o Chris, que desde sus limitaciones se convierte en el compañero perfecto. Gyllenhaal realiza una labor interpretativa fascinante con un gran despliegue de emociones, demostrando una vez más el talento que posee, al igual que Watts, que pese a tener un papel más secundario en el que no se profundiza lo suficiente se convierte en parte indispensable de la historia. Más desgarradora y dramática es la actuación del veterano Cooper, envuelto en una constante lucha sentimental entre la pérdida de su hija y la inexplicable conducta de su yerno. Sin embargo, es Lewis quien capta en mayor medida la atención al desplegar una conexión especial  con el protagonista.

El cineasta demuestra una gran habilidad para construir una cinta de gran potencial técnico que acompaña en su sencillez a la narración. A través de una hipnótica imagen compuesta por una potente neutralidad cromática, el pensamiento parece nublarse, tal y como le sucede al protagonista. El director de fotografía canadiense Yves Bélanger, que destaca por su distinguido trabajo en la reciente 'Brooklyn', de John Crowley, o por su participación en 'Laurence Anyways', de uno de los autores más populares del cine de autor actual, Xavier Dolan, vuelve a formar equipo con Vallée tras colaborar en la oscarizada 'Dallas Buyers Club' y en la atractiva 'Alma salvaje'.

El autor regresa a la gran pantalla de forma muy tímida con 'Demolición', logrando despertar la sensibilidad del público a través de lo que mejor sabe hacer: explorar en el interior de las personas y en la profundidad de sus emociones hasta desarrollar unos personajes redondos que dejan siempre un maravilloso poso de reflexión. Un largometraje poco habitual en una época en la que la taquilla celebra las grandes producciones y que, sin embargo, cautiva con sus grandes dosis de verdad.


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