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martes, 25 de octubre de 2016

Cinco pasos para tocar el cielo

EXTRA!

En los últimos años se ha convertido en el chute de energía que da cuerda al cuerpo y a la mente de miles de personas en todo el mundo. Se lleva a cabo en decenas de espacios de toda la ciudad, pero es difícil estar entre los mejores. Madrid es grande y cuando algo se vuelve tendencia falta tiempo para que todos quieran unirse. Mucho ha pasado desde que Lope y Góngora cantasen los saludables desayunos callejeros de sus vecinos madrileños. El caso es que el brunch, esa mezcla de breakfast y lunch, ha llegado para quedarse.

Enemigo de la rutina, la fusión de dulce y salado parece haberse convertido en el capricho favorito de los clientes de restaurantes como Bendita Locura Coffee & Dreams, un moderno y encantador gastrobar situado en el barrio de Salamanca (C/ Príncipe de Vergara, 73) con una filosofía non-stop y un ambiente cosmopolita con aire industrial, dividido en dos plantas, en el que un precioso sofá Chester da la bienvenida. Aunque lo cierto es que las comidas de toda la vida están presentes en la oferta del local, el brunch es la estrella.

Lo que hace casi 20 años introdujo el Hotel Ritz en la capital, hoy se presenta en un sitio con encanto en el que es posible disfrutar de un menú que se ofrece de lunes a viernes de 10.30 a 14.00 h. y los fines de semana de 10.30 a 16.30 h. con gran éxito. Rompiendo la tradición de degustarlo los domingos, Bendita Locura arriesga con el que multitud de comensales y medios consideran uno de los mejores brunch de Madrid.

Adaptándose al apetito y bolsillo del comensal, el local nacido de la mano de dos empresarios con una larga carrera en el mundo de la hostelería (David Monzón y Juan Luis del Barrio) ofrece dos opciones diferentes: un menú clásico compuesto por cinco platos a 22 euros por persona y un little brunch en tres pasos con un coste de 17 euros. Ambos se pueden completar con un Aperol Spritz (4 euros), una mimosa (5 euros) o un Bloody Mary (5). Los huevos benedictine con salmón o bacon ahumado sobre un tierno bagel y patatas a las hierbas, así como la quiche Lorraine con ensalada, cierran la última elección de ambos menús.


La experiencia se inicia con una bebida, ya sea café, capuccino, té o infusión. Mientras que el segundo plato del little brunch permite elegir entre una gran tarrina con crema de yogur natural (con frutos del bosque y granola), un espumoso smoothie o un zumo de naranja natural, el menú clásico incluye la crema de yogur y hace escoger entre las bebidas citadas y un rico jugo de tomate.

El dulce se reserva para los que se decanten por el menú completo, ofreciendo una tabla de pan tostado con membrillo o tomate, un croissant de mantequilla con mermelada o un exquisito waffle con Nutella y plátano o Chantilly y frutos rojos que hará las delicias de los más golosos. Nuestra recomendación, sin duda, es decantarse por la opción clásica. Eso sí, mejor acudir con hambre para llegar al quinto paso y poder seguir masticando.

La comida casera elaborada diariamente con ingredientes servidos por proveedores locales convierte este restaurante en un espacio idílico para sorprender a nuestros seres queridos con su decoración, servicio y oferta en cualquier momento del día. Con la tarea pendiente de acudir a probar alguno de los platos de su carta, lo que sí podemos decir es que el brunch de Bendita Locura es el mejor que hemos probado en los últimos meses. Reserva en su web y no te quedes sin mesa.

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