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jueves, 26 de enero de 2017

A disparos de pintura en Action Live

EXTRA!

Cada día son más las personas que buscan dejar atrás la rutina y apuestan por experiencias en las que la adrenalina se dispara, la mente se despeja y la memoria registra momentos únicos, convirtiendo la diversión en lo principal. Tanto las grandes ciudades como las zonas rurales se llenan de ofertas de ocio en las que estas necesidades se cubren, logrando que los clientes vuelven a casa con una importante reducción de estrés y la satisfacción de haber vivido más intensamente en unas horas que en semanas enteras.

Entre las opciones más populares se encuentra la práctica de un deporte al aire libre en el que se combina el ejercicio, el contacto con la naturaleza, la estrategia y el trabajo en equipo: el paintball. Originado en los años 70 en Estados Unidos tras la aparición de unas pistolas que disparaban bolas de pintura para marcar árboles y ganado, se juega utilizando unas armas de aire comprimido llamadas marcadoras con las que se disparan pequeñas bolas de pintura contra otros jugadores. Normalmente, dos equipos de mínimo cuatro personas (cada uno) se enfrentan en escenarios tematizados con la finalidad de eliminar a los miembros del grupo contrario o de alcanzar un objetivo. La diversión, como hemos podido comprobar en nuestra propia piel, está asegurada.

Los aficionados al paintball tienen dos campos en la Comunidad de Madrid que brillan por la calidad de sus escenarios, la amabilidad de su equipo y la completa oferta de su propuesta. Responsables de ello es Action Live, una marca de la empresa Shootballs Madrid formada por profesionales con más de 15 años de experiencia que trabaja para ofrecer la mejor experiencia posible en sus instalaciones de Navalcarnero y Villalba, entre las que reúnen 14 decorados en los que disfrutar de una jornada inolvidable. También organizan sesiones de laser tag y de karting para disfrute de los amantes de la simulación y la velocidad.

Mientras que en el campo de Navalcarnero, situado junto al famoso centro comercial Xanadú, se pueden encontrar hasta nueve escenarios temáticos, en el de Villalba, ubicado en el Parque Natural de Guadarrama, cinco localizaciones en plena naturaleza aumentan el realismo de la partida acompañadas de la belleza natural de la sierra de Madrid. En ambas instalaciones se encuentran vestuarios unisex con taquillas (puedes llevar tu candado o alquilar uno por una fianza de 3 euros), además de aseos y duchas.


Para quienes quieran reponer fuerzas después de la batalla, su zona de merendero permite celebrar barbacoas (por 12 euros adicionales por persona) que incluyen espárragos trigueros y tomates, entrantes como chorizo y morcilla, además de chuletas y lomo de ternera. Se incluye, también, pan y una bebida por persona que puede convertirse en barra libre de cerveza, sangría y refrescos, durante una hora y media, por 5 euros de suplemento.

La entrada básica, con 100 bolas de munición, tiene un precio de 18 euros. El precio incluye una charla de seguridad inicial en la que el monitor que acompañará al grupo durante toda la jornada explica la normativa, haciendo hincapié en la obligación de llevar puesta la máscara durante todo el juego, el modo de utilización de las armas y la prohibición de disparar a menos de siete metros. Todo ello se firma en una hoja que se entrega a cada participante a la llegada a las instalaciones.

Abonando el precio básico se incluye el disfrute de diferentes misiones de juego guiadas y la equipación necesaria, que consta de un mono de camuflaje, un protector de cuello, una careta de protección y una marcadora Tipmann 98 Custom, más manejable pero no tan precisa como la Tippmann X7 Special Ops, a la que se accede por un alquiler adicional de 4 euros. Las recargas de aire del arma son ilimitadas para que el uso sea óptimo.


Es inevitable contratar paquetes de munición extra durante el juego, con un coste de 7 euros por cada 100 bolas adicionales. Lo que gastéis dependerá de vuestras ganas de disfrutar y posibilidades. Para que os hagáis una idea, nosotros accedimos a cuatro escenarios haciendo uso de 700 bolas por persona sin escatimar en disparos. Algo que se aprende según avanza la partida es que malgastar bolas no tiene sentido. El monitor, eso sí, estará preparado tras cada escena para animaros a recargar las marcadoras.

Sabemos que te lo estás preguntando: ¿duelen los impactos? No vamos a engañarte: notarse se notan. Eso sí, después de recibir el primero te darás cuenta de que no es para tanto y que, como se suele decir, donde las dan, las toman. Los menores de edad y las mujeres cuentan con un chaleco protector para el pecho que se entrega con el equipamiento. Es recomendable que acudas con guantes y un gorro con el que protegerte la cabeza. Ten en cuenta que en meses de frío, al llevar más ropa, pican menos los bolazos. Llevar una coquilla si eres hombre tampoco es descabellado. Respetando la distancia de seguridad al disparar no tendrías por qué volver a casa más que con algún moratón. Y respecto a la ropa, acude lo más cómodo posible y con zapatillas de deporte o botas de montaña.

Sabiendo todo lo anterior, sólo queda disfrutar de unos cuidados escenarios con elementos como jeeps de la guardia civil, tanques, casetas vietnamitas, un poblado o un helicóptero en los que tendrás que luchar por protegerte y acabar con el equipo contrario. Entre nuestros favoritos en la visita que hicimos al campo de Navalcarnero destacó el del fuerte, con parapetos y montículos de arena para conquistar la edificación o defenderla. No se queda atrás en emoción el almacén arqueológico, con 1300 metros cuadrados y multitud de cajas donde eliminar al equipo contrario será la clave. En localizaciones como estas vivirás una intensa jornada en la que la estrategia y el trabajo en equipo te llevarán a la victoria y, sobre todo, a desconectar por unas horas y disfrutar de una actividad que causa furor en todo el mundo.


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