
Siempre que una pareja decide contraer matrimonio lo suele hacer tras una meditada reflexión que les lleva a formalizar sus sentimientos. Pero, ¿qué ocurre si durante el banquete la novia se da cuenta de que el mayor error de su vida ha sido precisamente casarse? Con esta premisa, la cual tiene como protagonista a Daniela (Ana Villa), arranca la divertida comedia 'La madre que me parió' en el Pequeño Teatro Gran Vía.
Para afrontar su inminente ruptura, la novia decide reunir a sus mejores
amigas en el lugar donde los hombres siempre se preguntan de qué habla el sexo
femenino: el cuarto de baño. Esta localización se convierte en el único
escenario de una trepidante y loca producción liderada por Bea (Natalia
Hernández), Alba (Esperanza Pedreño) y Natalia (Paula Prendes). A ellas se
suman sus madres, cuya aparición en escena no supondrá precisamente un motivo de resolución o de apoyo ante la situación: Pilar (Aurora
Sánchez), Merche (Juana Cordero) y Aurora (Marisol Ayuso) generan diferentes conflictos con sus respectivas hijas.
La obra, marcada por un ritmo
vertiginoso y unos diálogos muy ágiles, parte de una idea original de Ana Rivas.
Junto a Helena Morales ha sabido escribir y recrear cómo son las
relaciones materno-filiales a partir de unos patrones de comportamiento comunes
que se perciben a lo largo de toda la función, como la sinceridad de las madres o los secretos que los hijos guardan para evitar quebraderos de cabeza a sus progenitores.
El montaje deriva en la catarsis de seis invitadas y una novia
que acuden inocentemente a la celebración, donde se ven envueltas en una realidad que no se corresponde con la fachada que habían
mantenido hasta ese día. El juego de secretos y confesiones sale a relucir en
pleno convite sin que nadie pueda hacer nada para frenarlo.

¿Son realmente felices las madres
en sus matrimonios? ¿Por qué la novia toma la decisión de divorciarse? ¿Son conscientes las
mujeres de mayor edad de las verdaderas circunstancias de sus hijas? ¿Hay secretos inconfesables entre amigas? Todas estas
preguntas y muchas otras se van resolviendo en el transcurso de
una disparatada comedia en la que el público se ríe a carcajadas al reconocerse en más de una situación.
El toque masculino es limitado, pero no carente de
importancia. Mención especial merece el director, Gabriel Olivares, habituado a cosechar grandes éxitos con espectáculos como 'Burundanga' o 'El nombre'. De igual manera, cabe destacar la aparición
del conocido actor Diego París, que completa un elenco de lujo que consigue las
continuas risotadas de los presentes durante la hora y media que
dura la pieza.
'La madre que me parió' deja al espectador con ganas constantes de
pronunciar esa misma expresión ante las numerosas situaciones que se suceden. Todo ello sin olvidar que el público es el invitado de
lujo a un banquete en el que la música, el alcohol y el jolgorio hacen de las suyas sobre las tablas. Se puede ser testigo de este disparatado
casamiento de miércoles a viernes a las 20.30 h.; sábados a las 19.00 y a las 21.00 h.; domingos a las 17.00 y 19.00 h.
Se suele decir que madre no hay más que una, pero está claro que no todas son tan singulares como las que
aparecen en el escenario del Pequeño Teatro Gran Vía. ¿O quizá sí? Sea como fuere, de lo que no cabe
duda es de que el apoyo de las amigas y, sobre todo, el de una madre es incondicional. Probablemente esta sea la verdadera razón que merezca tal celebración.
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