
Pocas han sido las veces en que una propuesta teatral del país del tango llega a Madrid para pasar sus días sin pena ni gloria. Los escenarios de la capital están de enhorabuena cada vez que creadores como el director bonaerense Pablo Messiez aterriza en ellos con su particular maletín de propuestas y soluciones escénicas. El emblemático Teatro de La Abadía tiene en cartel, hasta el próximo 19 de marzo, 'He nacido para verte sonreír', una pieza firmada por el también argentino Santiago Loza, con Isabel Ordaz y Nacho Sánchez como únicos y deliciosos protagonistas.
El
texto del dramaturgo reconocido en Sudamérica y también cineasta contiene una factura impecable de cotidianidad y profunda reflexión. Yendo de la
experiencia personal hacia la más pura fantasía, Loza explora la frágil
relación entre Miriam y su hijo durante un momento clave de su historia familiar. El reducido espacio temporal en el que sucede la obra, durante las horas
anteriores a la separación indefinida de los personajes, aumenta la tensión de un drama que acumula cierta cantidad de azúcar y humor para
sorprender en los últimos sorbos.
El
escritor destaca de la labor de Messiez que haya revelado ciertas zonas del
texto que yacían casi dormidas en su memoria. Uno de los motivos por los que el
director, buen conocedor de la trayectoria de Loza, ha elegido 'He nacido para
verte sonreír' es por el ingenio con el que se plasma una situación compleja de forma sencilla. Ambos comparten el gusto por las circunstancias
cotidianas de fuerte impacto emocional, como Messiez ya demostró con la puesta en
escena de 'Las plantas', de su propio puño y letra.
Algo interesante es cómo se ha
conseguido dar voz al hijo ausente de Miriam. En este sentido, la obra permite reflexionar sobre la didáctica del teatro: a pesar de que se
logra la comunicación entre el personaje y el público, lo realmente bello es la
manera en que se crean esos mensajes. Un camino que Nacho Sánchez y Pablo
Messiez han acordado recorrer con altas dosis de poesía y sentido de la
estética.

El
reto interpretativo de Sánchez es extenuante y poco convencional, lo que
inyecta interés en el montaje y cruza una puerta pocas veces atravesada por el
teatro más comercial, la de las metáforas visuales y el simbolismo. El joven
actor reconoce que tenía sobre la mesa un papel bien diferente al resto
de su carrera, lo que le ha obligado a investigar otras expresividades y
enfrentarse a un sinfín de vaivenes y descubrimientos. El actor abulense ya se
colocó bajo la batuta de Messiez en 'La piedra oscura', pieza celebrada por el
público y la critica que le valió el premio a mejor actor revelación otorgado
por la Unión de Actores y Actrices en el pasado 2016.
Un
texto tan complejo requiere de una actriz versátil que sepa vivificar
cada frase de la obra y sudar las incoherencias de un personaje como Miriam.
Pese a que la propia Isabel Ordaz reconoce la dificultad que ha supuesto
abarcar todas las preguntas que plantea el papel, lo cierto es que su trabajo brilla
con luz propia, algo que se refleja en jugosos monólogos, llenos de matices y divertidos, en contra de lo que cabría
esperar. La poesía aparece de forma inesperada en una mujer que, sin saberlo,
está buscando el sentido de la vida.
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