viernes, 12 de mayo de 2017

El desgaste de un clásico

EXTRA!

Durante los años 70, el cine se rindió ante la fascinación por ciertas ideas realmente misántropas. La postmodernidad cinematográfica comenzó a profundizar en el lado más oscuro del ser humano y, sobre esta visión prácticamente apocalíptica, surgió a finales de la década una de las obras de culto más importantes de la historia del séptimo arte: 'Alien, el octavo pasajero'. El director estadounidense Ridley Scott entregaba una de sus primeras obras maestras, que acabaría aglutinando millones de seguidores por todo el mundo. Casi 40 años después, el autor presenta un capítulo más de esta eterna trama, que ya ha pasado por las manos de reconocidos cineastas como los norteamericanos James Cameron y David Fincher o el francés Jean-Pierre Jeunet, aunque sin alcanzar un éxito comparable. Con altas expectativas de los fanáticos de la saga, este viernes 12 de mayo llega a la cartelera española 'Alien: Covenant'.

Diez años después de lo acontecido en 'Prometheus', donde se trataba de resolver uno de los grandes misterios que siempre ha perseguido al ser humano, el origen de la vida, una nueva tripulación a bordo de la nave Covenant se dirige a un remoto paraíso inexplorado dentro de la galaxia para colonizarlo. Sin embargo, un inesperado mensaje les descubre un mundo más cercano con posible vida humana que les desvía. Pese a la gran tormenta que les distancia del planeta, consiguen pisar el terreno, en donde encontrarán a un único habitante, David (Michael Fassbender), el androide de gran inteligencia que sobrevivió a la catástrofe.

Esta segunda parte de la precuela - que presenta las bases de la saga - continúa con la estela del cine de los últimos tiempos al abordar la presentación de un universo apocalíptico fruto de nuestras propias ambiciones, de las ansias de querer jugar a ser dios hasta acabar sumidos en la autodestrucción. A la sombra de todo ello, la raza de xenomorfos sigue más viva que nunca gracias al continuo renacimiento y evolución de la mítica figura que el diseñador suizo H. R. Giger creó bajo su sello y que, en esta ocasión, inspira una menor tensión en el espectador. No es que ya no cause respeto y temor, es que el suspense brilla por su ausencia en una narración monótona, apenas trabajada, previsible e incluso irrisoria. Cualquier tipo de expectativa podría naufragar en una película de la que se espera una mayor acción que contribuya a mantener al espectador en constante alerta y en la que abunda más el drama.


'Alien: Covenant' repasa lo acontecido en 'Prometheus' sin apenas avanzar en la historia hasta los instantes finales, cuando la trama concluye prácticamente sin fuerzas tras 120 minutos de metraje. Independientemente de ello, y aun perdiendo la asfixiante y siniestra atmósfera que en su día creó Scott, la fotografía, a cargo del polaco Dariusz Wolski, es impecable. La calidad visual de la cinta no decepciona, con un paraje explorado en todo su oscuro esplendor. Tal vez este sea el elemento que mayor inquietud despierte al mostrar una naturaleza salvaje aparentemente familiar que se torna inhóspita de golpe, con un escenario plagado de cuerpos calcinados que generan magníficas instantáneas.

Fassbender encabeza el reparto con un decente desdoblamiento de personalidad: por un lado es un nuevo androide llamado Walter que acompaña a la tripulación del Covenant, mientras que, por otro, interpreta a un miembro de una gama anterior de androides (David) que posee una inteligencia que lo capacita para tomar sus propias decisiones. El actor intenta salir a flote ante una trama deficiente, sobresaliendo por encima de sus compañeros, entre los que se encuentra la jefa de terraformación, Daniels, encarnada por Katherine Waterston; o el ineficaz capitán sustituto de la Convenant, Oram, interpretado por Billy Crudrup. A ellos se unen casi de forma desapercibida secundarios como Danny McBride, Demián Bichir, Carmen Ejogo, Callie Hernandez Amy Seimetz.

La producción no da la talla. 'Alien: Covenant' carece de una tensión que produzca cierto interés y atracción en el espectador, unido a la previsibilidad y a ciertos instantes que desacreditan el trabajo realizado por Ridley Scott. Un intento únicamente equilibrado por la labor técnica que hará que muchos valoren más a su antecesora, 'Prometheus', ante la involución de una trama que necesitaba responder más cuestiones de las planteadas. Al menos entretendrá a los millones de seguidores que esperaban con gran expectación el nuevo capítulo del xenomorfo más querido. 


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