viernes, 23 de junio de 2017

Eso era la vida

EXTRA!
Concierto de Joaquín Sabina en Madrid

A los 14 años, los Reyes Magos le regalaron una guitarra. Mientras sus compañeros de clase estudiaban, Joaquín Sabina escribía versos llenos de dudas en una edad difícil. Lo que aquel niño nunca se imaginaba es que, con el paso de los años, sus rimas dejarían de ser suyas para convertirse en la biblia de un pueblo con sus mismos miedos, anhelos y cicatrices, aunque sin tantas noches perras como las que el de Úbeda (Jaén) cuelga sobre su espalda. Ahora que lo niega todo, revelándose contra su propio mito, vuelve a llenar grandes escenarios y a emocionar con clásicos que eclipsan a los nuevos temas frente a un público que recuerda sus primeras y últimas veces besando, llorando y, en definitiva, sobreviviendo.

El pasado jueves 22 de junio, el maestro se subió por segunda noche consecutiva al escenario del WiZink Center de la capital, más conocido como Palacio de los Deportes. Ni un asiento vacío cuando bajaron las luces y una gran ovación inundó el espacio con la aparición de quien no tardó en definirse como un superviviente. A sus 68 años, el bombín le sigue sentando bien y la poesía recorriendo sus venas desde que abre la boca. Le acompañaron durante su recital de dos horas los que ya son más familia que amigos, Pancho Varona y Antonio García de Diego, además de la frescura de una Mara Barros que hasta tuvo tiempo de presentar su primer disco en solitario con 'Hace tiempo que no'.

Con su imagen habitual de canalla y traje morado, Sabina se disculpó por si en algún momento la voz le fallaba debido al recital del día anterior, engatusando a las miles de personas congregadas al declarar, una vez más, su amor por Madrid. Y eso nunca falla. Consciente de que lo que se esperaba allí eran más los himnos que las novedades, se despachó rápido más de la mitad de 'Lo niego todo', donde las letras del poeta Benjamín Prado y del famoso cantante Leiva – ambos presentes en la cita – embellecen un trabajo  que trata de demostrar que las musas siguen de su parte.

Joaquín Sabina lo niega todo en Madrid

Si bien 'Quien más, quien menos' y 'Lágrimas de mármol' conquistaron a muchos con su sinceridad amarga, la poesía de calle y nocturnidad irreverente llegaron tras la emotiva interpretación de Varona de 'La del pirata rojo', cuando Mara Barros se metió en la piel de una sensual Magdalena coreada por todos los presentes en uno de los momentos más hermosos y aplaudidos de la noche. La emoción puede que sea contagiosa pero el talento es indudable. Por muchos recuerdos y latidos acelerados, 'Yo me bajo en Atocha' es mucho más que 'sus gordas de Botero, sus hoteles de paso, su taleguito de hash, sus abuelitas al sol'. Probablemente porque los versos golpean el alma y un poeta es algo más que un cantante.

La escenografía, llena de colores vivos, proyecciones cuidadas y pinturas del mismo Sabina, añadió elegancia a una cita que puso en pie a muchos con 'Por el bulevar de los sueños rotos', maravilloso homenaje a la fallecida Chavela Vargas. Los amantes de la poesía se habrán sorprendido alguna vez al ver reflejos de Neruda o Gil de Biedma entre las líneas de un creador al que se ha llegado a comparar con Bob Dylan. Aunque los temas resisten el paso de los años, se nota la edad cuando se interpretan algunas piezas sobre la butaca.

La mágica unión de 'Y sin embargo te quiero' (impecable Barros, de nuevo) con 'Y sin embargo' provocó las lágrimas de muchos para justo después relajar emociones con 'Ruido' y la mítica '19 días y 500 noches'. El pasado se siguió adueñando del WiZink Center con glorias como 'Noches de boda' o 'Y nos dieron las diez' hasta que apareció un radiante Leiva, al que Sabina definió como 'el mejor talento de su generación', para compartir escenario y dúo en la reciente 'Por delicadeza' y regresar a 1985 con 'Princesa'. Si en los bises 'Contigo' sirvió para avivar y recordar amores, 'Pastillas para no soñar' cerró un concierto honesto, multitudinario y todopoderoso. Genio y figura, su leyenda será eterna.


Texto de David Molina.
Fotos: Inma Terrés.

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