
Tras casi cinco años de representaciones en el Teatro Lara, ir a ver el musical que ha revolucionado la cartelera madrileña, 'La llamada', supone un pequeño acto de fe: cuando un llamader (como se denominan quienes acuden a disfrutar de la función una y otra vez) cuenta excitado su devoción por la historia de dos chicas en un campamento de monjas cuesta comprender qué puede causar tanta emoción. Sin embargo, la obra creada por Javier Calvo y Javier Ambrossi, conocidos como 'Los Javis', no tarda en conquistar al público. Tras una larga espera, este viernes 29 de septiembre llega a la gran pantalla la adaptación cinematográfica, que cuenta con el reparto más emblemático del montaje.
En
un apartado bosque segoviano, María (Macarena García) y Susana (Anna Castillo)
viven la rebeldía del final de la adolescencia enfrentándose a un futuro de
dudas y deseos. Al frente del campamento católico 'La brújula' se encuentra la religiosa
Sor Bernarda (Gracia Olayo), quien, con ayuda de la novicia Milagros (Belén
Cuesta), trata de conducir a las jóvenes por el buen camino haciendo uso de
la música. Sin embargo, una aparente revelación divina encarnada por Richard
Collins-Moore les hará cuestionar lo que hasta ese momento parecían certezas vitales.
Este
humilde musical de 110 minutos habla del despertar de la fe, la sexualidad y la madurez; de la
aceptación de uno mismo y de saber encontrarse; de crisis, miedos y de pasos
por dar. Es un prisma de tantas facetas que es fácil sentirse reflejado, exponiendo al espectador a lo que es y lo que ha sido. Pero nunca juzga: coge a los personajes de la mano y les comprende.
Con una banda sonora que toma las canciones originales de la obra, compuestas en su momento por Alberto Jiménez del grupo Miss Caffeina, y un fabuloso y sentido tema principal creado por Leiva, la música es no sólo excusa sino hilo principal de toda la trama. Halla gracia en el electrolatino del 'Mi reina' de Henry Méndez, la delicada 'Todas las flores' de Presuntos Implicados, y en las cristianas referencias como 'Viviremos firmes en la fe'. La cálida y luminosa fotografía del sevillano Migue Amoedo envuelve a las actrices y al mismo Dios.
Con una banda sonora que toma las canciones originales de la obra, compuestas en su momento por Alberto Jiménez del grupo Miss Caffeina, y un fabuloso y sentido tema principal creado por Leiva, la música es no sólo excusa sino hilo principal de toda la trama. Halla gracia en el electrolatino del 'Mi reina' de Henry Méndez, la delicada 'Todas las flores' de Presuntos Implicados, y en las cristianas referencias como 'Viviremos firmes en la fe'. La cálida y luminosa fotografía del sevillano Migue Amoedo envuelve a las actrices y al mismo Dios.

Trasladar a la gran pantalla las sensaciones que decenas de miles de espectadores han
vivido en el patio de butacas era un paso lógico, pero no exento de grandes riesgos. Sus
creadores debían ser fieles a la obra, pero logrando romper los corsés del
escenario; y ampliar el grupo de acampada, sabiendo aún así mantenerlo en
familia. Buenas incorporaciones secundarias como la de María Isabel Díaz en el papel de la cocinera Janice, o geniales cameos como el de la controvertida youtuber Soy una pringada (Esti Quesada) aportan frescura a la esperada producción.
Apoyada en un equipo joven poseedor de varios premios Goya, 'La llamada' da el salto a a las salas con humildad, en un filme que se sabe modesto pero con tremenda decisión. Se reinterpreta cuando debe hacerlo, con nuevos personajes que ya estaban sobre las tablas aunque no hicieran acto de presencia; y aprovecha el lenguaje cinematográfico para acercarse a los brillantes ojos de una Macarena García que canta en directo y a las tímidas manos de una Belén Cuesta capaz de llevar al espectador de la risa a la más sincera emoción.
Anna Castillo potencia su fuerza interpretativa convirtiéndose en nexo de todos los personajes, mientras que Gracia Olayo encuentra el contrapunto de una religiosa de apariencia estricta pero llena de bondad. Las canciones crecen, tomando aire - sin excesos - en sus recreaciones, y los mensajes al alma lanzados por Whitney Houston vibran con fuerza en cada palabra de Collins-Moore.
Apoyada en un equipo joven poseedor de varios premios Goya, 'La llamada' da el salto a a las salas con humildad, en un filme que se sabe modesto pero con tremenda decisión. Se reinterpreta cuando debe hacerlo, con nuevos personajes que ya estaban sobre las tablas aunque no hicieran acto de presencia; y aprovecha el lenguaje cinematográfico para acercarse a los brillantes ojos de una Macarena García que canta en directo y a las tímidas manos de una Belén Cuesta capaz de llevar al espectador de la risa a la más sincera emoción.
Anna Castillo potencia su fuerza interpretativa convirtiéndose en nexo de todos los personajes, mientras que Gracia Olayo encuentra el contrapunto de una religiosa de apariencia estricta pero llena de bondad. Las canciones crecen, tomando aire - sin excesos - en sus recreaciones, y los mensajes al alma lanzados por Whitney Houston vibran con fuerza en cada palabra de Collins-Moore.
En
su merecida y acertada adaptación a la gran pantalla, la obra gana en profundidad
interpretativa con personajes con más trazos a través de un reparto que vuelve a
hacerlos suyos. La historia logra otros matices gracias a la
proximidad y encuadre de sus planos, conservando en todo momento
su esencia. Los fans volverán a sentir en sus corazones la llamada, y
aquellos que se acerquen a ella por primera vez sentirán el verdadero
impulso del lo hacemos y ya vemos.
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