EXTRA!

El telón asciende para mostrar, sobre el escenario, un viejo ático parisino que soporta a duras penas la nieve de un gélido invierno. Así comienza el primer acto de los cuatro que componen la mítica ópera 'La Bohème', que se representa del 11 de diciembre al 8 de enero en el prestigioso Teatro Real, en coproducción con la Royal Opera House y la Lyric Opera de Chicago. La exitosa cuarta pieza del gran compositor italiano Giacomo Puccini es una de las más destacadas y bellas de la historia, con un libreto que ofrece los grandes encantos de la capital francesa durante principios del siglo XIX. Amor, celos, tragedia, humor, pobreza, ambición, amistad y muerte confluyen en dos horas de intensas emociones y revelaciones bajo el exquisito manto de la esperanza y las ilusiones ciegas.
En el interior de esta vieja
buhardilla, cuatro amigos que viven al día con lo poco que poseen, Rodolfo (Stephen Costello), Marcello (Etienne Dupuis) Colline (Mika Kares) y Schaunard (Joan Martín-Royo), planean disfrutar de los placeres que ofrece la ciudad, pero Rodolfo debe
completar unas líneas de su escrito antes de abandonar la estancia. En la
soledad de la habitación, la luz desaparece. Mimi (Anita Hartig) llama a su
puerta para encender su vela cuando, por fortuna, el destino les une en un imprevisible amor a primera vista. De la mano, la pareja se dirige al
encuentro de sus amigos, que disfrutan del encanto de una cafetería de moda, en
donde Marcello y Musetta (Joyce El-Khoury) vuelven
a verse después de que ella le abandonase por un hombre adinerado.
Pocas piezas involucran al espectador de manera tan directa en la escena, cómplice absoluto de los
cambios de escenario, de cabañas sobre ruedas que se deslizan para dejar paso a espectaculares salones y concurridas galerías parisinas. Un logro que el
director de escena británico Richard Jones, junto al escenógrafo escocés Stewart Laign, consiguen aportando un maravilloso e
inusual dinamismo. El encanto de ser testigo de unos decorados
tan impactantes no tiene precio y desvela por completo el gran empeño que el
equipo técnico ha depositado para tal ocasión.

El montaje cobra especial
protagonismo para impulsar el tremendo desfile de voces que se adueñan del
espacio al rito de la batuta del italiano Paolo Carignani. Con gran majestuosidad, el poder de la obra deja instantes
inolvidables, desde el trabajo de los entrañables Pequeños Cantores de la Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (ORCAM) hasta la banda militar
que intensifica la puesta en escena. Todo un deleite que provoca grandes
sonrisas para culminar en lo inevitable: una tragedia que
cubre de dolor las tablas del teatro. El amor más cálido posible, capaz
de abrasar los días de un lúgubre invierno y bañar de color las calles del
viejo París, traspasa las barreras del sufrimiento y el deterioro
para transformarse en el recuerdo de quien ha vivido intensamente.
Los versos quemados se esfuman en
la minúscula estufa que calienta a Mimi, una joven
encantadora en manos de la espléndida soprano rumana Anita Hartig. Su
naturalidad se fortalece con el transcurso de los actos, culminando en un
espléndido clímax en el que la desgracia lo inunda todo. Junto a ella,
las esperanzas crecen en el corazón de Rodolfo, a quien la vida le sonríe más
que nunca. El tenor norteamericano Stephen Costello surge en escena de forma impecable,
perfecto a nivel vocal con un precioso timbre que guía con
gran precisión por la bella historia de los enamorados. Al mismo tiempo, la
pareja compuesta por el barítono canadiense Etienne Dupuis y su pícara
compañera, la soprano líbano-canadiense Joyce El-Khoury,
se encargan de otorgar toques de comicidad entre dosis de celos, deseos y pasión,
destacando la brillante interpretación de esta última.
Proporcionar cierta originalidad
a una obra sobradamente reconocida no es tarea fácil y, aunque supone todo un
atrevimiento, lo cierto es que el resultado es apabullante gracias
a la primera incursión en España del trabajo de Jones en un asombroso experimento
de corte vanguardista en el que quedan claras sus intenciones, desvelar el alma de un espacio cultural mítico que actualmente se encuentra de celebración por su 200
aniversario. Una ocasión especial que convierte a 'La Bohème' en una
cita indispensable para estas Navidades, convirtiéndose en todo un deleite tanto para
aquellos curiosos que deseen disfrutar de una atractiva pieza como para los amantes del género más exigentes.
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