
¡Que no se acabe Veracruz! Con este grito, el chef Esteban Sánchez termina de confeccionar uno de los platos estrella del curso de cocina mexicana que lleva impartiendo desde el pasado mes de mayo. Los huevos veracruzanos son una apuesta segura en el local de cookworking y escuela Contacto Cocina, donde tan pronto se enseña a elaborar unos tacos al pastor como un arroz cremoso de boletus y parmesano. Este espacio multifuncional se ubica en el número 20 de la calle Oquendo, a dos pasos de la plaza de la República Argentina.
La
idea de crear un punto de encuentro donde todas las facetas del universo
gastronómico estén representadas es el resultado de una pasión. Luis Centenera Sánchez dedicó buena parte de su vida profesional al marketing, pero siempre
mantuvo los fogones encendidos en su imaginación hasta que decidió colgarse el
delantal y graduarse en la prestigiosa escuela de cocina Le Cordon Bleu. Tras un intenso aprendizaje donde se codeó con
gigantes como Dabiz Muñoz, decidió poner en marcha su propio negocio, el primer
establecimiento de Madrid en reunir a foodies,
organizadores de eventos, proveedores, aprendices de cocina y chefs
profesionales bajo un mismo techo.
Amplias
y luminosas, las instalaciones del local acogen dos cocinas, un espacio de cookworking con 20 puestos totalmente equipados, otra sala para
eventos de 100 metros cuadrados y la tienda. En la cocina de la parte superior
se imparte una extensísima variedad de cursos para todos los públicos: desde
los chiflados por la comida tailandesa a los que salivan con recetas regionales, pasando por los amantes de las legumbres o el irresistible sushi. Todos tienen
la oportunidad de crear sus propios platos en este laboratorio de sabores
que cuenta con más de 40 metros cuadrados de superficie, la última tecnología
culinaria y utensilios de alta gama.

El
curso de cocina mexicana al que tuvimos la oportunidad de asistir respondió a
la siguiente hoja de ruta: milhojas de aguacate y langostinos, tacos al pastor
y huevos veracruzanos. Un vehemente Esteban Sánchez guió a los alumnos entre
anécdotas e historia de los sabores más recónditos del país azteca,
orquestando los diferentes platos para llegar a un explosivo final donde cada asistente
prueba el resultado de su aprendizaje. Casi tres horas de buena conversación y bebidas al gusto donde compartir inquietudes
gastronómicas.
Solomillos
de cerdo, chiles y piña son ingredientes fundamentales para crear una jugosa
receta de tacos al pastor. Aunque el macerado de carne ya estaba listo - tiene que reposar un día en la nevera -, terminamos
de condimentar la inimitable salsa taquera y preparamos un guacamole fresco con
lima y cilantro. Mientras tanto, en el horno se doraba la pasta filo de las
milhojas y crecía el pan bao, una
alternativa taiwanesa a la tortilla mexicana que triunfa en todo el mundo.
Embriagados
por el guiso de frijoles y chorizo picante que se transformó en unos
potentes huevos veracruzanos, algunos aprovechaban para sacar fotos de los platos
y otros se apresuraban a preparar otro taco. Al terminar, un delantal de
regalo y la receta anotada con el ánimo de que el aprendizaje sea
significativo. Un lugar acogedor y profesional donde no
dejar de sorprenderse con el aromático universo de la cocina.
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