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jueves, 17 de mayo de 2018

Hyatt revitaliza la Gran Vía con su lujo funcional

EXTRA!
Hyatt Centric Gran Vía

Conocemos pocos placeres mayores que el de terminar un día de turismo descansando en una cama inmensa, sabiendo que al día siguiente nos espera un exquisito desayuno buffet en un ambiente agradable. Si viajar es una de las mayores glorias de esta vida, elegir bien el sitio en el que guardar las maletas, renovarse con una ducha caliente y besar hasta el agotamiento a quien se ama es clave para el éxito de una buena escapada.

De estar a la altura en este contexto sabe de sobra la cadena Hyatt, que ha vuelto a apostar por España con un precioso hotel situado en el número 31 de la mismísima Gran Vía, consciente del gran potencial de nuestra ciudad debido a su amplia oferta de ocio, cultura y gastronomía. Con 47 establecimientos repartidos por toda Europa y un precedente ibérico en Mallorca, la compañía destaca por dirigirse al público millennial, amante del lujo entendido como la búsqueda de la mejor experiencia personal posible en cuanto al trato humano y su relación con las nuevas tecnologías (como no podía ser de otra forma, todos los espacios cuentan con wifi gratuito).

Repleto de sutiles referencias a la historia de la ciudad desde su apertura, el pasado mes de diciembre, Hyatt Centric Gran Vía Madrid esconde un tesoro histórico: en su azotea se encuentra una viga dañada por un bombardeo durante la Guerra Civil española, hoy transformada en una instalación de arte que habla de la importancia del pacifismo. Manteniendo el valor arquitectónico del que fuera un edificio de oficinas gestionado por tres generaciones de la misma familia, la fachada del siglo XIX, el pórtico de la entrada y unas preciosas escaleras de caracol con su barandilla hecha a mano dan la bienvenida a un alojamiento con 159 habitaciones en las que se puede disfrutar de preciosas vistas.

Twin Bed Hyatt Centric Gran Vía

Las guitarras, el estampado de pata de gallo presente en tapicería y alfombras, así como la iconografía de las obras del genial pintor madrileño Juan Gris, sumergen al huésped en la cultura popular madrileña a través de sus iconos artísticos y locales. Brillan, por otra parte, espacios para reuniones y eventos en los que la luz natural, la insonorización y la modernidad de su equipamiento enamoran. La decoración, que reproduce un jardín invertido, recuerda de forma inevitable a los paisajes del Retiro. Volviendo a la planta baja, a más de uno le sacará una sonrisa la curiosa selfie room en la que practicar las mejores poses en una zona llena de referencias musicales. No es necesario ser una estrella para quedar bien en la foto, aunque su gimnasio abierto las 24 horas del día ayuda a ponerse en forma en un espacio acogedor.

Un punto y aparte se merece el restaurante del hotel, situado en la primera planta, que bajo el nombre Hielo y Carbón acoge una oferta culinaria que combina las gastronomías peruana y española, con un ambiente informal sorprendente. Con una cocina abierta dedicada al carbón y una zona de crudo bar, esta zona se complemente con una carta completísima de cócteles en La Gintonería, espacio ideal para ver y ser visto cuyas creaciones aluden en sus nombres a la famosa movida madrileña.

Entre los platos que pudimos probar recomendamos su corazón de tomate ahumado de Mazarrón con burratina y vinagreta de mango, el sabroso pulpo anticuchero a la brasa con chimichurri de cilantro y salsa de olivas de botijas, y el sorprendente chocolate con churros que llega a la mesa con cremoso de chocolate caramelo, helado de chocolate y tartaleta de churros. ¡Te chuparás los dedos! El precio medio de 35 euros por persona se ajusta gracias al 30% (sin condiciones) que se ofrece habitualmente en El Tenedor y al menú ejecutivo (Explorer) de 18 euros que incluye dos platos, postre, pan y bebida. Ningún pero a una extensa carta de vinos en la que se encuentran referencias de toda la geografía española y el detalle de poder elegir por copas algunas de ellas.

Restaurante Hielo y Carbón

Otro espacio para entregarse al placer del gusto es su bar Ondas, vermutería y café inspirado en un estudio de música que se sitúa en la planta baja, junto a la zona de recepción. Los cócteles previos al musical de moda y la copa para celebrar la llegada del fin de semana se toman aquí, junto a distintas opciones de picoteo y cervezas. En lo más alto, por otro lado, se sitúa un bar secreto con una de las mejores vistas del centro de la ciudad junto a una impresionante escultura de cinco metros de la diosa romana Diana.

Del precioso interiorismo del hotel se ha encargado el famoso estudio de diseño Blue Sky Hospitality, fundado por el arquitecto e interiorista Henry Chebaane, obcecado en sorprender y divertir a partes iguales en un hotel que mantiene el foco en la funcionalidad y el gusto por la estética. Más de 100 personas trabajan cada día en el alojamiento más bonito de la Gran Vía, el mismo que desde hace semanas está enamorando a toda la ciudad con un completísimo brunch para quitarse el sombrero. ¿Vamos haciendo una reserva?


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