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jueves, 17 de mayo de 2018

Las maravillas de Matute

EXTRA!
Matute en Madrid

Si bien es cierto que suspiramos cada vez que alguien nos pregunta por Madrid, si tuviésemos que decantarnos por un solo barrio ese sería – sin duda - el de Las Letras, donde aún se respira el eco de los grandes escritores que un día habitaron sus calles. Cervantes, Lope de Vega o Quevedo son algunos de los que imaginaron grandes historias en una zona comprendida entre el paseo del Prado y la plaza de Santa Ana, famosa por sus terrazas y bares con solera. Recorrer sus calles peatonales, cuyos adoquines llevan grabados citas de literatos como los mencionados, y darse algún capricho en sus infinitas tiendas son placeres propios de un territorio amado por vecinos y visitantes.

A dos pasos de la animada calle Huertas, donde esquivar relaciones públicas cada noche es todo un desafío, se encuentra Matute, un gastrobar propiedad del Grupo La Fábrica ubicado en un edificio modernista - declarado Bien de Interés Cultural – que se encuentra en el número 12 de la Plaza de Matute y que en su día fue una antigua tienda de discos para hoy acoger 400 metros de exquisita decoración al servicio de los paladares más exquisitos.

La experiencia y el amor por la gastronomía del chef Sergio Fernández (uno de los cocineros estrella de Canal Cocina) tiene mucho que ver en la fabulosa experiencia que supone dejarse caer en un restaurante que cuenta con diferentes espacios, entre los que destaca una sala privada y una amplia terraza donde almorzar, tomar el brunch o entregarse a la primera copa.

Los sabores de la montaña y los tesoros del mar sobresalen en una carta en la que irremediablemente destaca un completísimo menú del día a 14,95 euros que permite elegir entre nueve entrantes y 10 platos principales, así como una amplia oferta de postres, además de una bebida. La variedad y calidad de este pack cerrado que se ofrece de 13.00 a 16.30 h. es incuestionable. Entrantes como un fresquísimo salmorejo con helado de queso de cabra y yuca crujiente o un surtido de croquetas de chuletón, chipirones y jamón ibérico convencen en una primera ojeada.

Platos de Matute

Muy recomendables, ya metidos en materia, los sabrosísimos huevos rotos trufados (con jamón ibérico a gusto del comensal), los crujientes boquerones marinados con mayonesa de jengibre y un lomo de vacuno reposado y fileteado con deliciosa patatas Hasselback (receta sueca consistente en presentar la patata asada en el horno con mantequilla y diferentes condimentos). El gozo de encontrarse en el plato buenas cantidades e ingredientes de primera seducirá a un comensal que no dudará en repetir y recomendar el sitio a los suyos. El sorbete de mandarina, vodka y cava o los Huesitos Matute (con el sabor de las famosas barritas de chocolate) son apuestas seguras para los amantes del dulce.

El brunch a 16 euros que se sirve los sábados y domingos (entre las 12.00 y las 15.00 h.) en el local se está convirtiendo en un secreto a voces en la zona. Por un precio ajustado el comensal disfruta de una bebida caliente y una fría; tostada; fruta o yogurt griego; un plato salado a elegir entre huevos con patatas y bacon o pincho de tortilla y un final dulce, ya sea con sus pancakes con frosting de queso mascarpone o unos mini gofres con dulce de leche que parecen caídos del cielo. Para aquellos que tengan buen buche, por un plus se pueden añadir platos consistentes como taboulé, salchichas o una hamburguesa.

Las pintas de barril, los cócteles clásicos a siete euros, los vinos por copa o botella y los combinados completan una oferta que presume de menús de grupo, servicio de reservas y el culto al vermut como buen templo madrileño. No exageramos si decimos que descubrir Matute ha sido una de las mejores experiencias culinarias de los últimos tiempos. Aunque las noches también son gloriosas en un local ideal para personas amantes de los rincones elegantes, como ellos mismos señalan 'comer a mediodía en Matute es un disfrute'.

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