EXTRA!
Mucho se ha dicho sobre el cielo de Madrid en una reflexión continua sobre la búsqueda de la felicidad. Literatura en sí, su azul flota sobre los cuerpos, calles y edificios de una ciudad llena de fantasía, pasión y secretos. Y muchos son, también, los artistas que han encontrado en esta villa su fuente de inspiración, convirtiendo en leyenda el hogar de la Puerta de Alcalá, el Retiro y la Gran Vía que los enamorados recorren una y otra vez. Justo ahí, en las alturas del número 21, hay un lugar donde rozar las nubes del que queremos hablarte.
La octava planta del precioso Hotel NH Collection Gran Vía –
esquina con Montera - acoge el restaurante Picalagartos, en el que las vistas más
espectaculares de la capital acompañan una propuesta gastronómica diseñada por
el chef Javier Muñoz-Calero con base castiza bañada con toques
sorprendentes. Y un piso por encima, abierto al exterior, se abren las
puertas del cielo en una azotea donde cerrar los ojos y disfrutar de la música,
el sol y los cócteles del galardonado bartender
bangladesí Joe Jamal. Si aceptas un consejo, pregunta por su Producto Español,
con Tanqueray y licor de almendra...
Gestionado por Azotea Grupo, Picalagartos rinde homenaje a la
taberna del mismo nombre del clásico 'Luces de Bohemia' de Valle-Inclán en un edificio
de estilo neobarroco, inaugurado en el año 1918, gracias al trabajo de los
arquitectos Julio Martínez Zapata y José Luis Sallaberry. Los materiales y el
clasicismo moderno del Madrid de los años 50 – tiempo de eclosión de la Gran
Vía – sobresalen en un interiorismo del que se ha ocupado el Estudio TBC de Mercedes
Isasa. Una sala y tres terrazas acristaladas conforman el espacio propio de un
restaurante donde reina la tranquilidad.
El producto de temporada domina una carta en la que las
conservas, los salazones, embutidos y variantes presentan opciones informales
que animan al picoteo con una potentes elección de productos de la huerta, así como
carnes y pescados elaborados en un horno especial de carbón que tiene mucho que
ver con un resultado final que impacta en el paladar del cliente. Lo cierto es
que el local huye de excesos, apostando por raciones pensadas por uno de
los grandes nombres de la gastronomía madrileña actual, Muñoz-Calero, al que
acompaña como sumiller y jefe de sala el ex Diverxo Javier Arroyo.
La exquisita atmósfera sabe aún mejor con las
deliciosas Bravas Montera, unas milhojas crujientes de patata aderezadas por
aceite de pimentón, alioli suave y salsa brava ahumada. A pesar de ser una tapa
típica en toda la ciudad, pocas veces hemos probado unas tan ricas. No se
quedan atrás las Gildas (formadas por aceituna gordal, piparra, cebolleta y
anchoa del Cantábrico en salazón), la tortilla de patata (poco cuajada) y el
pulpo brasa tibio con mayonesa de aceituna negra de Aragón.
A los fresquísimos productos de la huerta se enfrentan platos
fuertes como un lomo bajo de Charolés con 35 días de maduración y pimientos Gernika
o una sabrosa merluza a la romana que te dejará sin habla. Y si dejas sitio
para el postre, pregunta por su polo de horchata o el hojaldre de albaricoque y
crema. En cuanto a su carta líquida, un buen número de referencias nacionales e
internacionales contentarán al amante de la buena bodega. Por aquí puedes reservar tu mesa.
Pocas opciones más atractivas se nos ocurren para huir del calor del asfalto que la propuesta que hace en las alturas el NH Collection Gran Vía, destinado a brillar este verano gracias a un sky bar desde el que disfrutar de los tejados más emblemáticos de la ciudad. Con un precio medio de 35 euros, Picalagartos abre de 13.00 a 15.30 h. y de 20.00 a 23.30 h., mientras que la terraza lo hace de 17.00 a 01.00 h. (hasta las 02.30 h. los viernes y sábados). Comprobado: el cielo de Madrid sabe a gloria.
Pocas opciones más atractivas se nos ocurren para huir del calor del asfalto que la propuesta que hace en las alturas el NH Collection Gran Vía, destinado a brillar este verano gracias a un sky bar desde el que disfrutar de los tejados más emblemáticos de la ciudad. Con un precio medio de 35 euros, Picalagartos abre de 13.00 a 15.30 h. y de 20.00 a 23.30 h., mientras que la terraza lo hace de 17.00 a 01.00 h. (hasta las 02.30 h. los viernes y sábados). Comprobado: el cielo de Madrid sabe a gloria.
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