EXTRA!

Sería imposible entender la historia de Madrid sin pasar por Lavapiés. El que sin duda es el barrio más castizo de la ciudad ha inspirado multitud de zarzuelas y sainetes, atesorando entre sus calles el pasado más auténtico de la capital. Personas de más de 88 nacionalidades se mezclan en la zona más internacional de Madrid, dotándole del carácter multirracial y cosmopolita por el que muchos lo conocen. Las tiendas de alimentación de productos árabes se fusionan con los comercios de la comunidad china y los sabores de los restaurantes indios (nuestro favorito es Shapla, una auténtica delicia con precios asequibles), tailandeses, cubanos o senegaleses (Baobab es un clásico infalible).
El placer de disfrutar del cóctel
de culturas que convive pacíficamente en el barrio se puede comprobar en
verbenas tradicionales como la de San Lorenzo y fiestas internacionales como el
Año Nuevo Chino. Si bien muchos exploran su historia en busca de los edificios
más antiguos, otros tantos adoran el auge de la cultura underground de la zona, los rincones únicos que van surgiendo con
el paso del tiempo (apúntate bien Cafelito para empezar el día con energía) frente
a las tiendas tradicionales y la multitud de salas de teatro alternativo que abundan
en sus calles.
Los amantes del arte
contemporáneo se sentirán en el paraíso recorriendo las galerías de Doctor Fourquet y los muros de La Tabacalera, mientras que los cinéfilos encontrarán
su templo en la Filmoteca Nacional, situada en el bellísimo Cine Doré, donde
disfrutar de una programación de lujo tras tomar unas tapas en alguno de los
puestos del Mercado de San Fernando (los vegetarianos adorarán La Alpargata) y
comprar libros al peso en La Casquería.

Aunque nunca se ha llegado a
confirmar, algunos historiadores defienden que en la Edad Media Lavapiés fue el
barrio de los judíos, cuya huella estaría enterrada bajo los cimientos de la
distinguida iglesia de San Lorenzo que, según algunos, se construyó sobre una
antigua sinagoga. Lo que sí que podemos ver en pie son las construcciones más
castizas: las corralas, casas de corredor con armazón general de madera, cuyos
balcones dan a un patio interior, que surgieron en el siglo XVI cuando miles de
personas del campo llegaron a la ciudad. La mejor conservada la puedes
encontrar en la calle Tribulete, esquina con Sombrerete. Con su fachada dando a
Mesón de Paredes, su construcción data de 1872, siendo restaurada en el año
1989 con el objetivo de ofrecer espectáculos en vivo.
Tampoco te pierdas el edificio de
las antiguas Escuelas Pías de San Fernando, que hoy alberga la preciosa
biblioteca de la UNED, que aún preserva el estilo del siglo XVII, pudiendo
estudiar o leer un buen libro en mitad de una antigua iglesia. Las cañas en la
calle Argumosa, los estrenos de la temporada en el Teatro Kamikaze y la rica
programación de La Casa Encendida son otras de las maravillas de un barrio al
que la prestigiosa revista cultural Time Out ha nombrado recientemente como el más cool del mundo. Como todo lo
mencionado, ¡por algo será!
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