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Una historia a cada paso. Ese es el lema de la nueva edición de la Feria del Libro de Madrid, uno de los grandes acontecimientos literarios del país. Las cifras aportadas por la organización así lo demuestran: 2,2 millones de visitantes se acercaron durante la edición de 2018 (y eso que la meteorología no lo puso fácil) a pasear entre las casetas y asistir a las firmas de cerca de 2.000 autores. Esa afluencia se tradujo en ocho millones de euros en ventas y en uno de los puntos más alentadores para el sector: cerca del 30% de los visitantes fueron menores de 25 años. Que este último dato se deba en buena medida al éxito de libros para fans, vinculados a series de televisión o películas como 'Juego de Tronos', 'El cuento de la criada' y el universo Marvel, así como al mundo de la poesía 'best seller' que triunfa en las redes sociales, como es el caso de Marwan o Defreds, ya es otra historia.
En
cualquier caso, la Feria del Libro de Madrid es mucho más que números y,
con sus idas y venidas (fue suspendida durante la Guerra Civil y los primeros
años de la posguerra) y sus cambios de ubicación (en un primer momento estuvo instalada
en el Paseo de Recoletos y no fue hasta los años 60 cuando se trasladó a su
actual emplazamiento en el Paseo de Coches del Retiro), la cita se ha convertido en una de las fechas ineludibles de la agenda cultural de
la capital desde los años 30 del siglo XX, así como uno de los grandes eventos
de la primavera.
Así, este año celebra su 78º edición entre el 31 de
mayo y el 16 de junio con la República Dominicana como país invitado, coincidiendo con
la conmemoración del 175 aniversario de la independencia del territorio
caribeño. También se ha querido poner el foco de la
programación en tres grandes áreas: la relación con Iberoamérica, el
reto de la sostenibilidad y la propia convivencia de la muestra con el parque
del Retiro, y el desarrollo de una feria en femenino que apoye y fomente la
visibilización de la mujer en las diferentes facetas de creación.

Como
símbolo y ejemplo de ello, el cartel vuelve a estar diseñado por
una mujer, la ilustradora Sara Morante,
que sigue la estela de su compañera de profesión Paula Bonet, quien firmó el póster del año pasado, reivindicando la
autoría femenina con referencias a escritoras como la nigeriana Chimamanda Ngozi o la poetisa
estadounidense Emily Dickinson. Este
año se alude al pensamiento crítico con un guiño a la genial novela 'Fahrenheit 451', del norteamericano Ray Bradbury.
Sin
embargo, no han podido evitar la polémica debido, entre otras cosas, a la
presencia de la marca de comida rápida McDonalds en el Pabellón Infantil. Hecho que ha recibido críticas por asociar el fomento de la lectura infantil con este tipo de comida, especialmente debido a la
alta tasa de obesidad infantil en España, que se encuentra por encima del 18%.
Otro de los temas que ha generado discrepancias es el número de casetas que el Ayuntamiento ha suprimido alegando la protección
del parque. A pesar de ello, serán más de 350 puestos los
que podrá visitarse, incluyendo desde grandes sellos como Planeta o Seix Barral a
independientes como Acantilado o Renacimiento. También destacan algunos
de más reciente creación como Errata Naturae, Blackie Books o firmas más pequeñas que sobresalen por su calidad, como es el caso de la
editorial de poesía La Bella Varsovia.
Entre las cifras de ventas y la memoria de la ciudad, la importancia del pasado
y los retos del futuro, entre la sostenibilidad y la lucha propia del feminismo, la feria vuelve a escribir las páginas de la historia madrileña. Y es que, como
decía el propio Bradbury, 'lo que usted busca está en el mundo, pero el único medio
para que el 99% de la gente lo pueda ver es el libro'. La Feria del Libro de
Madrid une mundo y libros para que ambas cosas estén al alcance de la
mano y de la mente.
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