viernes, 25 de octubre de 2019

Los límites de la supervivencia

EXTRA!
Bong Joon-Ho dirige 'Parásitos'

Primero fue un profesor con ganas de deshacerse de un molesto perro. Después, el crimen más popular perpetrado en Corea del Sur. Más tarde, un despiadado monstruo se apoderó del río Han y sembró el pánico en Seúl. En pleno fervor fantástico, tuvimos que ser testigos del desgarrador testimonio de una madre soltera y su hijo discapacitado inculpado de un terrible asesinato. El futuro apocalíptico nos esperaba durante un viaje en tren que escondía una fuerte crítica social y, cuando parecía todo perdido, apareció un entrañable cerdo gigante que una niña quiso proteger a toda costa. La filmografía del cineasta surcoreano Bong Joon-Ho nos ha hecho experimentar el extremismo a todos los niveles'Parásitos', que se estrenó en la cartelera española el pasado viernes 25 de octubre en la cartelera española, no iba a ser diferente.

La Palma de Oro otorgada a la cinta en la  última edición del Festival de Cannes ha sido merecida, lo mismo que el reciente Globo de Oro a la mejor película extranjera, tras lo que el film ha hecho historia en los Oscar al lograr los galardones a la mejor película, dirección, guion original y película internacional. Por fin se da reconocimiento a uno de los grandes directores que han formado parte del nuevo cine surcoreano y a una cinematografía oculta durante décadas que, desde hace poco más de 20 años, nos ha hecho disfrutar de nuevas experiencias. 'Parásitos' es un ejemplo más de las joyas que se esconden tras este cine, del esfuerzo y profesionalidad de una industria que actualmente se encuentra entre las mayores productoras de películas del mundo.

La familia Kim, compuesta por Ki-Taek (Song Kang-Ho), Chung-Sook (Jang Hye-Jin), Ki-Woo (Choi Woo-Sik) y Ki-Jung (Park So-Dam), viven en un semisótano sumidos en la extrema pobreza. Sobreviven cada día a duras penas hasta que Min (Park Seo-Joon), amigo de Ki-Woo, le abre las puertas a una nueva oportunidad de resurgir de las cenizas: trabajar para la familia Park como profesor particular. Su carisma y astucia convierten todas las mentiras en verdades, permitiéndole acceder a una casa imponente, algo con lo que sueña constantemente y que espera conseguir en un futuro. Este es el inicio de una nueva etapa en una lucha por la supervivencia donde la necesidad está por encima de todo, ¿pero dónde está el límite?

'Parásitos' en la gran pantalla

Bong aprovecha las dos horas de metraje con una historia que combina el drama en el que se ven sumergidos sus protagonistas, dosis de un humor negro sumamente inteligente y bien dosificado e instantes de pura tensión. Sin embargo, una vez que nos hemos acomodado en la butaca, hemos reído y se nos ha acelerado el corazón, el cineasta  ofrece varios giros sorpresivos para sacarnos de la zona de confort en la que nos habíamos instalado. Hasta el último minuto el público permanece expectante ante una resolución que devuelva la lógica a un descontrol que ha desfilado en pantalla como un huracán que devasta todo a su paso.

El actor Song Kang-Ho demuestra de nuevo que su popularidad está sobradamente justificada después de haber trabajado con los cineastas surcoreanos más importantes. A él se suma un reparto a la altura, desde jóvenes promesas como Choi Woo-Sik y Park So-Dam, que poco a poco van desplegando su talento en el cine comercial surcoreano; al siempre carismático Lee Sun-Kyun y la multifacética Jo Yeo-Jeong e, incluso, el grato descubrimiento de Jang Hye-Jin. A este equipo se suma el director de fotografía Hong Kyung-Pyo, habitual en las obras de Bong y artífice de la reconocida labor que llevó a cabo en el thriller 'El extraño' o la indispensable 'Burning'.

Tras 'Parásitos' queda un poso sumamente amargo. ¿Nos hemos reído con cada uno de los personajes o las carcajadas han venido provocadas por sus desgracias? Sea lo que fuere, un extraño arrepentimiento se fusiona con la crueldad explícita de la cinta. El drama social sobre el que se acomoda la última obra de Bong Joon-Ho rezuma una tremenda brutalidad, una crítica incisiva al clasismo, a la superficialidad, a la frialdad y la falta de empatía, a la sociedad actual, a la esencia misma del ser humano. Sin duda, cualquier idea desarrollada en la narración termina siendo tajante y surte un mayor efecto del esperado, impactando de una forma sumamente afilada.


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