Tu medio digital sobre ocio y cultura en Madrid

martes, 23 de junio de 2020

Primeros auxilios para el cine español

EXTRA!
Rodaje en Madrid

El economista Peterson K. Ozili (Banco Central de Nigeria) y el profesor Thankom Arun (Universidad de Essex) publicaban el pasado 30 de marzo un artículo de investigación en el que revelaban que la industria cinematográfica mundial había generado una pérdida de cinco mil millones de dólares durante el brote de la COVID-19. Para entonces, España apenas llevaba un par de semanas de encierro, durante las cuales la Comisión de Cine cancelaba los rodajes previstos para la primera mitad del 2020 y tomaba las primeras medidas al respecto. A fecha del 18 de marzo, se habían suspendido más de 300 rodajes, siendo el 52% proyectos nacionales; mientras que los medios globales tomaban como ejemplo las medidas implantadas por el gobierno de Corea del Sur en apoyo al cine nacional, una industria que se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de su economía.

Por su parte, la industria española, afincada desde hace años entre los primeros 10 puestos de los que mayor producción cinematográfica tienen, se vio prácticamente congelada a la espera de ver cómo evolucionaría la situación. El año 2020 le ha asestado una dura estocada al sector cultural de este país y su recuperación tardará más de lo esperado. La historia del cine nunca olvidará una fecha en la que tuvo que cambiar para seguir subsistiendo, dejándonos imágenes y noticias devastadoras. Será difícil dejar atrás una etapa en la que las carteleras y las salas estuvieron vacías más de tres meses, después de toda una vida de constantes y suculentos lanzamientos, en la que las ciudades españolas no recibieron ni un solo rodaje en sus calles y en la que todo proyecto quedó postergado.

El debate presencial versus online volvió a salir a la luz, aunque en esta ocasión hemos podido ver con mayor facilidad lo que ocurre cuando el cine se decanta únicamente por la segunda opción. Sin ir más lejos, un gran número de festivales internacionales han optado por llevar a cabo una edición más en lugar de suspenderla, llegando a crearse un certamen sin parangón, el We Are One: A Global Film Festival, en el que se presentaron un centenar de producciones de lo más diversas para disfrute del mayor número de espectadores jamás visto.

Este tipo de eventos resultan vitales para la circulación cinematográfica mundial y para seguir descubriendo todo aquello a lo que de otro modo no podríamos acceder. Por supuesto, los certámenes de categoría A poseen una mayor facilidad para adaptarse, mientras que aquellos especializados no pueden arriesgar sin hacer malabares con su presupuesto. El director del Festival de SitgesÁngel Sala, explicó a los asistentes de uno de los diálogos digitales E-Dialogues - organizado por Casa Asia durante el mes de mayo - que la celebración online del famoso festival de cine fantástico era inviable, dejando la puerta abierta a la opción de utilizar la red como un complemento.

Festival de Sitges

¿Por qué es tan complicado que un festival tan potente como Sitges pueda realizarse online? Independientemente de los costes que supone generar una plataforma o de las pérdidas económicas que generaría para la propia ciudad, este tipo de competiciones no son sólo un escaparate con las últimas novedades cinematográficas. Existe un mercado vital en torno a ellos, un espacio en el que los profesionales toman contacto con nuevos inversores, un nodo cultural en donde se dan cita los medios de comunicación y el star-system del momento, una alternativa para aquellos cines que no suelen tener espacio en la cartelera española e incluso un enclave que favorece el turismo y otros negocios adyacentes. Por tanto, transformar un festival en tan poco tiempo supone un riesgo que no todos pueden permitirse, mientras que otros festivales más fortalecidos como el de Cannes han conseguido adaptarse a las circunstancias para poder seguir teniendo espacio.

Por otra parte, desde el primer día en el que se declaró el estado de alarma las plataformas digitales han sido el refugio de todo cinéfilo. En este sentido, Filmin se ha convertido en un lugar imprescindible con su apuesta por citas como DocsBarcelona, el Festival de Cine Alemán o el INDIE & DOC Fest Cine Coreano. Sin duda, una propuesta beneficiosa para todos que evita tener que suspender un evento para el que se ha realizado una inversión económica importante con antelación. Este tipo de certámenes especializados han encontrado una forma de continuar con sus funciones habituales, pero también han obligado a muchos espectadores a cambiar su mentalidad y combinar su afición por acudir a las salas con el uso de las plataformas digitales.

A la rápida reacción de Filmin se unió la propuesta creada por la distribuidora A Contracorriente Films, que lanzó la denominada Sala Virtual de Cine con el objetivo de seguir llevando al público estrenos y grandes clásicos que no han podido llegar a la gran pantalla. Una atractiva medida que, además de estar apoyada por más de 70 compañías distribuidoras, sirve para seguir apoyando a las salas de cine y a todos sus trabajadores.

Berliner Ensamble

¿Pero qué va a suceder de ahora en adelante? Partiendo de la base de que las previsiones anuales son inviables, hay una imagen que ha dado la vuelta al mundo en las redes sociales. Reflejo de esa nueva normalidad de la que tanto escuchamos habla estos días, el nuevo patio de butacas del Teatro Berliner Ensemble de Berlín nos recuerda que ya nada volverá a ser como antes. Para los amantes del cine, sin duda, se trata de una imagen  desoladora. Butacas solitarias o - como mucho - en pareja obligan a reformular la idea tradicional de que el cine es una actividad compartida.

Disfrutar de una película en la gran pantalla junto a un grupo de amigos no parece un plan posible en los próximos meses, por lo que probablemente el público fomente este tipo de citas en sus hogares. Ante ello pretenden luchar los distribuidores y exhibidores, que ya cuentan con un protocolo de actuación elaborado por la Federación de Cines de España (FECE) para cuidar la seguridad tanto del espectador como del trabajador y garantizar que el cine siga siendo una experiencia inolvidable.

Ahora más que nunca se necesitan campañas como la llevada a cabo por los distribuidores y exhibidores nacionales a través del hashtag #YoVoyAlCine y del perfil de Twitter @FiestaDelCine, donde se publican las últimas novedades del sector. En palabras de la presidenta de la Federación de Distribuidores Cinematográficos (FEDICINE)Estela Artacho, 'estamos dando lo mejor de nosotros para que el público, tal y como desea, vuelva a reencontrarse con la magia del cine y pueda recuperar todo el ritual de la experiencia única que supone ver cine en el cine'.

Palomitas

A ello se suma la ayuda gubernamental de 76,4 millones de euros para el sector cultural, siendo relevantes las medidas enfocadas al apoyo a la financiación de proyectos culturales, el Fondo Social Extraordinario para la exhibición cinematográfica, el adelanto del 50% de las ayudas para inicios de rodaje, las ayudas a los festivales nacionales de mayor relevancia o el merecido homenaje de uno de los directores más importantes de la historia del cine español, Luis García Berlanga. Así, sabemos que el cine se beneficiará de 1,8 millones de euros, una ayuda necesaria pero en ningún caso suficiente.

Tan solo queda el regreso paulatino a los cines, aunque no todos los espectadores se sienten preparados. En un reciente estudio llevado a cabo a cinco millones de usuarios por parte del grupo Webedia (a través de los medios SensaCine y Espinof) se observa la cautela en la vuelta a las salas. Mientras que los menores de 24 años muestran un mayor deseo en recuperar este hábito, con un 50% de ellos queriendo volver al cine en la primera semana de apertura, los participantes con edades comprendidas entre los 35 y los 44 años prefieren esperar un mes. Es evidente que cumplir las medidas de seguridad es más importante que nunca, pero podemos estar seguros de que la industria cinematográfica es la primera interesada en que esto ocurra. 

Independientemente de las decisiones tomadas, las consecuencias perseguirán a la industria durante años. Toda medida de protección es poca cuando sabemos que el virus sigue entre nosotros. Hasta que no llegue la tan ansiedad vacuna, los espectadores tendrán que hacerse a la idea de que estamos en un momento único en la historia del cine. Debemos ser conscientes de que el proceso de recuperación será muy lento y de que la ayuda del público es esencial para inyectar vitalidad a la industria cinematográfica española, pero también para protegerla. ¿Porque qué sería de la vida sin la magia de nuestro cine?


No hay comentarios:

Publicar un comentario