EXTRA!
Cuando se juntan los nombres de Carlos Vermut como guionista y de Paco Plaza como director en los créditos de una película, como ocurre en el caso de 'La abuela', los ojos de un cinéfilo se llenan de brillo esperando encontrarse con una historia tan cruda como 'Magical Girl' o 'Quién te cantará', o narraciones tan salvajes como 'Verónica' o 'REC'. Sin embargo, la colisión entre dos autores con públicos tan diferentes como Plaza y Vermut es tan fuerte que descubrimos entonces que quizá no era lo que esperábamos.
La trama es sencilla: Susana, una modelo española residente en París sacrifica una gran oferta profesional para poder volver a Madrid y cuidar de su abuela, que ha sufrido un derrame cerebral. Con la vuelta al que fue su hogar, Susana rememorará traumas de su pasado que creía haber olvidado.
Lo que Carlos Vermut nos quiere contar con esta cinta es la obsesión por la juventud y el precio que implica envejecer. Las arrugas, la inmovilidad física, la demencia, el recuerdo de un pasado mejor y, sobre todo, el abandono de los seres más queridos. Todo lo que gira en torno al personaje de la abuela es un constante recordatorio de lo que se le viene encima a Susana.
La puesta en escena es un deleite que consigue generar sensación de claustrofobia gracias, por un lado, a la creación de un decorado decadente lleno de lujos cubiertos de polvo y, por otro lado, a la realización de Paco Plaza. Hay planos que por su mera composición y detallismo transmiten más sensaciones que cualquier diálogo. Pero este encanto que tan bien podría funcionar en un cortometraje termina perdiendo efecto debido a un guion poco arriesgado.
Podemos hablar de 'La abuela' como una película interesante, impolutamente realizada, pero que no consigue atrapar la atención del espectador durante su hora y media de metraje. Desde el principio es fácil ver hacia dónde se dirige la película y su predictibilidad aumenta a medida que se acerca el climax.
Escrita como una metáfora autoral muy poco desarrollada, narrada a ritmo lento y sin muchos efectos, a la película le costará encontrar un hueco tanto entre los fans del terror como entre los cinéfilos mas gafapasteros. Ni logra ser un largometraje elevado con grandes ideas (como las que últimamente triunfan en el género) ni consigue ser un profundo drama psicológico con elementos de terror. Al final, 'La abuela' es como un huevo de Fabergé: un producto bien elaborado y deslumbrante pero con un interior vacío.
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