EXTRA!
Puestos a hablar de genios indiscutibles de la historia del cine, hacerlo de Stanley Kubrick es una simple evidencia. Director excepcional, difícil de entablar en algún movimiento, aunque sobradamente vanguardista y percibido hoy en día como un cineasta clásico, reflexionar sobre su trayectoria es poner sobre la mesa las creaciones de uno de los grandes referentes culturales del siglo XX, considerado por muchos como el claro ejemplo del creador total.
Nacido en el Bronx (Nueva York) en 1928, con una inteligencia que comenzó a demostrar pronto jugando al
ajedrez, quizá fuera esta la semilla que dejó en él la obsesión por la
perfección que le obsesionaría toda su vida. Más tarde llegó su primera cámara,
a los 13 años, y sus trabajos en la revista Look. Un punto de partida con el que arranca 'Stanley Kubrick. The exhibition', la muestra que el prestigioso
Círculo de Bellas Artes acoge, desde el pasado mes de diciembre, en sus
instalaciones.
Con más de 600 piezas que recorren toda su carrera cinematográfica,
hablamos de una gran exposición en la que las fotografías, el atrezo, los planes de rodaje, las
cámaras, las maquetas, las claquetas y el vestuario acompañan al visitante
durante una cita que difícilmente se consigue ver en menos de dos horas, por lo
que bien merece la pena acudir con calma a ella, sobre todo si se quiere
apostar por la experiencia total y disfrutar del rico material audiovisual con
el que se complementa.
La compañía Sold Out, al
frente de la producción de los grandes festivales musicales españoles, está
detrás de este gran despliegue de medios que permite a los amantes del séptimo
arte sumergirse en la mirada única y la gran capacidad para recrear espacios y
atmósferas de Kubrick, donde se disfruta especialmente del proceso de
adaptación de los relatos y novelas que le enamoraron, así como de su minuciosidad para trasladar a la gran
pantalla su interés por cuestiones como el deseo, el poder y la guerra.
De la cruda 'Senderos de
Gloria' a la superproducción 'Espartaco', pasando por el mito de 'Lolita', sin
olvidar grandes historias como '2001, una Odisea del Espacio' o 'El
resplandor', el público disfruta de un buen número de elementos de todas ellas
en una exhibición coronada por su silla
de director, a la que se llega tras cruzarse con la icónica mesa del Korova
Milk Bar en 'La naranja mecánica' o las misteriosas máscaras de 'Eyes Wide
Shut' en un recorrido delicioso, dividido en dos plantas y que ya han
disfrutado más de un millón y medio de visitantes en ciudades como Los Ángeles,
Seúl, París y Londres.
La presencia de los testimonios de grandes figuras de la cultura como Vicente Molina Foix o Mario Camus, así como la instalación audiovisual realizada por el director Manuel Huerga, aportan todavía más valor a una cita que rinde homenaje a un hombre que dejó pendiente muchos proyectos, que aquí también se recuerdan. Hasta el próximo 8 de mayo, una parada obligada en el centro de la ciudad.
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